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La odisea de los enfermos que deben recibir diálisis continua fuera de Porvenir

Martes 30 de Marzo del 2021

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No es tan sólo asegurar los viajes de los pacientes renales por el tratamiento

El vecino fueguino Ciro Levill relata la incertidumbre de tener que irse a vivir a Puerto Natales para que su esposa, María Elena Paredes, pueda dializarse tres veces por semana. Advierte que si no hay una solución en el hospital fueguino, todos los usuarios de máquinas hogareñas en algún momento deberán dejar su ciudad de residencia

Los problemas que enfrentan los enfermos renales de Porvenir que deben recibir sesiones de diálisis para poder mantener su salud en medianas condiciones y sobrevivir a una penosa enfermedad, son más complicados de lo que se conoció hace un par de semanas, a raíz de una petición del concejal de Porvenir, Javier Nancuante, al Servicio de Salud Magallanes para que dichos pacientes tengan una solución a nivel local. De hecho, como se detalló en esa reunión del Concejo Municipal, varios enfermos debieron trasladar su residencia a Punta Arenas e incluso a Natales, para poder mantener el tratamiento.

Uno de esos casos dramáticos es el de la porvenireña María Elena Paredes Hernández, de hoy 69 años, quien por sugerencia médica debió viajar para vivir en una ciudad donde pueda dializarse casi a diario, eligiendo con su esposo Ciro Levill, Puerto Natales, donde por fortuna la casa paterna de la paciente estaba desocupada hace cuatro años y sus hermanas, en un gesto noble, no objetaron que la ocupe en aras de mejorar su calidad de vida. “Llegamos a Natales el 16 de febrero del año pasado, ya que mi esposa salió del Hospital Clínico Regional el día anterior”, relató desde la capital de Ultima Esperanza, don Ciro, de 62 años.

Toda una odisea por mejor salud

Relató que la odisea del matrimonio comenzó en noviembre de 2019, cuando a ella le dio una descompensación en el aeródromo de Porvenir, previo a viajar a una hora agendada en el Hospital Clínico, en Punta Arenas, debiendo volver de urgencia al Hospital Marco Chamorro, donde se le diagnosticó un virus, se le recetó dos remedios y prescripción de reposo en casa. Pero los malestares le siguieron a doña María, que llegó a perder bilis, volviendo al servicio de Urgencias, donde entonces se le indicó jaqueca y reposo domiciliario.

Luego recibió la visita de la médico familiar (única especialista que tuvo el hospital fueguino por algunos meses), quien ante la gravedad que veía en la paciente, dispuso sea vista de nuevo en el centro asistencial, mientras gestionaba que un médico de diálisis contactara al doctor de Porvenir, llamada que éste no aceptó y se limitó a dejar a la enferma “en observación”. “Me reservo el nombre de ese doctor, pero ¡no hizo nada!, así que al otro día, como pude, llevé a mi señora en la barcaza al Hospital de Punta Arenas”, relata Ciro.

“A las 8 de la mañana estábamos en diálisis y en media hora el especialista ordenó una ecografía y al día siguiente estaba el señor de la ecografía con los exámenes y el doctor que envía a mi mujer a su colega (Christian) Gallardo. Al otro día fue operada de urgencia de la vesícula, salió y cuando se reponía en la Casa de Acogida, le apareció una hernia y vuelta a operarse. Doy gracias a Dios que alcanzamos a salir de esto antes de la pandemia, pero no sabe la cantidad de gastos que significó, ¡y yo sin trabajar todo ese tiempo!”.

Cambiando Porvenir por Puerto Natales

Luego vino el remate, cuando el médico Rodrigo Mansilla, jefe de Diálisis del Hospital Clínico, le dijo que en el caso de doña María Elena, debían tomar una decisión: “Tiene dos posibilidades para hacer frente a esta enfermedad, me dijo, pero a Porvenir no puede volver, ‘se lo digo francamente, porque su señora tiene muchas operaciones y debe depender de la máquina, así que ella se queda en Punta Arenas o se va a Natales, pero en ningún caso a Porvenir. Piénsalo y convérsalo con ella’ me dijo, y que le diera una respuesta”.

Fue así que en víspera del Año Nuevo 2020 viajó a conversar con sus cuñadas que viven en Natales, donde la casa de su suegro estaba sin moradores hacía unos 4 años. “Ahora estamos acá en la casa de los papás de mi señora, pero nos vinimos sin nada, sólo con la ropa puesta y la de las maletas. Todo quedó en Porvenir, acá nos pasaron una estufa, un calentador y una cama y el resto nos ayudaron las hijas de mi señora y sus hermanas, ¡y nos pescó esta pandemia acá, legos de nuestra ciudad de origen!”.

Lo peor de todo es que producto del coronavirus, don Ciro tampoco ha podido trabajar y para remate, su mala visión se ha acrecentado. Las cosas mejoraron un poco hace un par de meses, cuando él pudo volver a Porvenir para mandar por camión los enseres del hogar y logró arrendar su casa, además de recurrir a los dos retiros del 10% del ahorro previsional en su AFP, “eso fue de gran ayuda, ¡no nos quedaba otra!”.

Ciro Levill, por otra parte, agradece el constante apoyo recibido por parte de la Municipalidad de Natales, destacando su preocupación, al igual que tiene palabras de elogio para el personal de salud del Hospital Augusto Hessman, que se ha portado muy dedicado con su esposa. “Gracias a sus diálisis, que se le hace tres veces por semana, ella se ha recuperado algo, así que gracias a Dios hace un semestre que ha andado bien”, apunta con algo de alivio, tras relatar el dramático caso que le ha tocado vivir como matrimonio.

Lo único que lamenta de Ultima Esperanza es que no ha podido trabajar, ya que la única vez que consiguió un empleo, por tener que acompañar a su señora a un par de sesiones médicas y luego por viajar a Punta Arenas, perdió la pega. “No es como en Porvenir, donde uno podía estar fuera una semana, otra vez estuve dos meses sin llegar al trabajo, es distinto. Acá no, no perdonan ¡te despiden de inmediato!”, es la única queja que manifiesta el preocupado esposo de la paciente fueguina.

Todos los dializados deberán dejar Porvenir

Termina relatando que en Porvenir, doña María Elena tenía un máquina hogareña de diálisis, al igual que todos los pacientes renales de la capital fueguina, “pero resulta que con el tiempo, esa gente va a tener que salir igual -advierte- porque tapándose el catéter van a tener que hacerle la punción por el otro brazo o por el vientre. Pero si se llegan a descomponer, van a necesitar la otra máquina, que es realmente de diálisis”.

Por eso cree que todos los que se están dializando por sí mismos, en algún momento deberán irse, salvo que se solucione el tema a nivel local y exista una sala y uno más sillones de diálisis y personal especializado en el hospital. “Mientras no tengamos una máquina en Porvenir que haga una diálisis real, va a ser imposible pensar en la solución en casa, pero ¡debieran instalar la implementación, porque allá estamos en una isla!”.

“Mire, si lo hicieran, llevo a mi señora al tiro, para estar allá con su gente, para trabajar, no nos haríamos problemas. Porque esto que hemos pasado causa hasta depresión, imagínese, de un día para otro dejar todo tirado, no sabe usted la incertidumbre que se pasa, es desesperante, sobre todo para mi señora. Creo que en Porvenir, los que se dializan deberían crear una directiva, como tienen acá en Natales, va a tener más voz y podrían conseguir firmas”.

“Le explico: acá sólo hay un enfermero que está encargado de diálisis, y viene el doctor Mansilla una o dos veces al mes a ver sus pacientes. Lo mismo se puede hacer en Porvenir, con enfermera o enfermero que se especialice en Punta Arenas y el doctor podría llegar en la mañana y volverse en la tarde, es incluso más fácil, porque con mal tiempo a veces quedamos aislados dos o más días, sin avión ni barcaza, ¿qué podrían hacer los pacientes?”, pregunta Ciro Levill.

Una solución para los dializados de Porvenir aún se ve compleja

Poco antes de ser internado a raíz de un contagio de coronavirus, el director del Servicio de Salud Magallanes, Nelson Reyes, declaró que el tema de los dializados de Porvenir se estaba viendo en medio de varias complejidades de diálisis en Punta Arenas. “Una vez que podamos ampliar la capacidad de Punta Arenas vamos a ver cómo poder instalar un sistema en Porvenir, porque no es sólo diálisis, sino también especialistas. Es un todo, un espacio que hay que hacer ahí -detalló-, no es sólo enfermeros, tenemos que tener nefrólogo y una serie de cosas, por eso lo estamos viendo con expertos del hospital”.

Especificó Reyes que tener las máquinas no es tan complejo, ya que éstas pueden ser obtenidas mediante arriendo, “pero el tema principal de esto tiene que ver, una con el personal, y dos, con el tratamiento de aguas. Claro, porque una persona que esté dializando puede en cualquier momento sufrir alguna descompensación y por eso es importante tener el equipo bien preparado”.

Respecto a las máquinas que los pacientes usan en casa, especificó que “es una solución que se le da a un paciente y está definido por el especialista, es para evitar que el paciente deba trasladarse a cada momento a dializarse, sólo le permite resolver el problema. Por eso le estoy pidiendo a la gente de diálisis acá, cuántas son las personas de Porvenir. Teniendo esa cifra vemos qué alternativas tenemos para algunos pacientes, porque algunos pueden usar ese tipo de máquina y otros no”.

Municipio de Porvenir realizará catastro de enfermos dializados

En la sesión ordinaria del Concejo Municipal de Porvenir de ayer, el presidente (interino) del cuerpo colegiado, Javier Nancuante, le solicitó formalmente al departamento social Dideco, en la persona de su director Ricardo Rozas, se realice el catastro de las personas que son enfermos renales y que requieren el tratamiento de diálisis en la comuna. Al efecto, Rozas le aseguró que tomará contacto con el hospital, donde se tiene el dato exacto actualizado.

Ello, con el fin de determinar su número y las necesidades de sillones de diálisis que requeriría el centro asistencial para atender las necesidades locales. Nancuante dijo que en sus propias averiguaciones, habría en Porvenir unos siete vecinos con características de pacientes que deben dializarse varias veces a la semana, ya que un número similar ha emigrado a Punta Arenas y Puerto Natales para estos fines, y otra cantidad, lamentablemente falleció esperando una solución.