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Escuela Arturo Prat lucha contra la “contienda desigual” para mejorar sus cifras en medio de la pandemia

Viernes 9 de Abril del 2021

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La Escuela Arturo Prat Chacón lleva navegando un buen tiempo en aguas turbulentas, soportando embates tal como la Esmeralda. Además de mantenerse en la categoría de Insuficiente en los últimos años en los índices de Desempeño de la Agencia de la Calidad de la Educación, su baja matrícula y asistencia, les ha hecho estar bajo la constante amenaza de cierre. Pero justo cuando asumió la nueva dirección del establecimiento, a cargo de la ex jefa del Area de Educación de la Corporación Municipal, Beatriz Schmidt, llegó la pandemia, por lo que todas las estrategias planificadas debieron ser adaptadas. Y como si todas esas dificultades no fueran suficientes, la escuela es vecina del ex hospital, con todos los problemas ya sabidos que ha acarreado en los últimos diez años.

Mientras en la entrada, un cartel da cuenta de la existencia de matrícula en todos los niveles, en el interior del establecimiento, se prepara el material de estudio que se entrega a los estudiantes. Asimismo, otro grupo de escolares asiste a clases virtuales. No está previsto aún el regreso a la presencialidad, puesto que se deben desarrollar arreglos en el recinto, por lo que en la dirección calculan que para el segundo semestre podrán volver los niños a las aulas.

“Asumir la dirección de esta escuela ha sido todo un desafío, por el historial que tenía en los últimos años, lamentablemente han ocurrido una serie de situaciones que se confabularon para estar en esa categoría y estamos con todas las intenciones de salir adelante, con el apoyo de los padres, que sin ellos no se puede avanzar mucho. Me tocó asumir en un periodo que nunca nos imaginamos que se iba a venir esta pandemia, pero a pesar de eso, hemos tenido hartos logros: el poder conformar un equipo afiatado con los docentes nos ha permitido ir avanzando en lo que tenemos que trabajar con los niños y en este periodo tan difícil trabajamos de manera virtual y con entrega de material pedagógico, semanalmente o cada quince días, dependiendo si estábamos en cuarentena o no. Nos enfocamos en apoyar socioeconómicamente a las familias, porque tuvimos muchas que quedaron sin trabajo, y eso repercutió, pero logramos que todos nuestros alumnos respondieran, no hubo ni un niño que no haya entregado las actividades que estaban propuestas. Deserción no tuvimos. Con la dupla psicosocial y el equipo de convivencia llegamos a todos los niños, se les visitaba en la casa, o se les citaba a la escuela”, exhibió Schmidt sobre el último año.

Pero una vez pasado lo peor, esa experiencia recogida ha servido para el 2021. “Nos pusimos más exigentes, porque los papás que vienen a retirar material, deben entregar los resultados de la semana anterior. Estamos con clases virtuales los octavos, séptimos, empezando sexto y eventualmente dos, que empiezan con capacitación con la plataforma virtual, en NT1 y NT2 (prekínder y kínder)”, detalló.

Sin embargo, la directora de la escuela ha detectado que la principal dificultad que deben afrontar los estudiantes es el acceso a Internet o porque no cuentan con tablet o computador. “En muchos hogares, las compañías de Internet no llegan, entonces es otro factor que nos afecta. Hemos prestado 18 computadores a los séptimos básicos, cuando ellos reciban su beca de la Junaeb, podremos prestar a otros, por eso no podemos partir con todos juntos, porque son pocos los que tienen acceso a la tecnología, calculo que el 54% no tiene acceso a la tecnología”, puntualizó Beatriz Schmidt, que de todas maneras, valora el esfuerzo que han tenido los estudiantes para buscar cualquier alternativa, incluso conectándose a través de los celulares de sus padres, para poder participar de las clases.

La matrícula se mantiene baja, con 156 alumnos, porque “sacar la imagen de una escuela cuesta y más en pandemia, o cuando los padres no quieren matricular a los más pequeños por esta situación. Tenemos pocos alumnos en los primeros niveles. Tenemos que demostrar que estamos creciendo. Hay cursos como el séptimo, que tiene 25 alumnos, que si vuelven, tendríamos que dividirlo. Igual nos favorece tener menos alumnos por el tema de los aforos”, reconoció. Pero la vuelta a clases se proyecta para el segundo semestre, pues hay trabajos inconclusos, correspondientes a arreglos. “Pero hay muchos niños que quieren volver, echan de menos la interacción”, apuntó la directora. Pese a ello tienen todos los protocolos, faltando solamente algunos insumos, como un tótem para tomar la temperatura.

A través de las redes sociales Facebook e Instagram mantienen comunicación con los estudiantes y padres y apoderados, en temas valóricos o de autocuidado, puntualmente, el ciberacoso y el uso de las redes sociales.

Beatriz Schmidt asegura que, una vez que vuelva todo a la normalidad, irán mejorando sus números, algo que ya han podido apreciar. “Hemos mejorado en el Simce, en los indicadores de desarrollo personal y social, pero la asistencia no había mejorado y era un factor que impedía avanzar de categoría”, reconoció. Otro problema, ya de infraestructura que también influye, es la calefacción: “Tenemos una calefacción aérea que es muy mala, y aparte todas las partículas pueden diseminarse, y además, el ruido que provoca. Por ello, se reactivó un proyecto que había quedado pendiente de 2017 y solamente estamos esperando la respuesta de Santiago para poder empezar a ejecutar el cambio de calefacción”.