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Maestranza Municipal proyecta el remate de 1.200 vehículos para descomprimir el corral

Domingo 2 de Mayo del 2021

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– El espacio tiene una capacidad para 3 mil unidades, pero ya a estas alturas del año cuentan con más de 2.500 autos y esperan que las medidas por la pandemia no impidan rematar un lote de máquinas.

Todos los días en Punta Arenas hay accidentes vehiculares, provocados casi exclusivamente por la imprudencia de los conductores. Ni siquiera el toque de queda ha impedido que, diariamente, autos a velocidad desquiciada crucen la ciudad, en algunos casos, con consecuencias fatales, como en las últimas jornadas. Y tras cada choque o volcamiento, los vehículos terminan en la Maestranza Municipal que ya está al borde del colapso de su capacidad. En estos cuatro meses del año ya han ingresado 362 vehículos, lo que da cuenta de la gravedad de la situación.

A cargo del servicio está el ex director de Tránsito del municipio, Sergio Oyarzo, que asumió en 2019 y que ahora ve con preocupación la cantidad de accidentes vehiculares que han ido incrementando el número de automóviles.

“En Punta Arenas, históricamente la cantidad de vehículos que ingresa al corral es relativamente significante y lo que más nos sorprende es que la mayoría de los casos de ingreso son por temas de irresponsabilidad en la conducción. Hoy el corral tiene una capacidad cercana a los 3 mil vehículos, ya tenemos 2.500, por lo que nos queda un delta de 500 para seguir ingresando, pero también hay una situación de que cada cierto tiempo, la municipalidad va realizando remates. Ahora se está proyectado este año realizar un remate de, estimamos, 1.200 automóviles, que nos permitirá liberar espacio”, visualizó Oyarzo.

Sin embargo, para el funcionario municipal, la concreción de este proceso está supeditado a una serie de situaciones de orden sanitario. “Estamos afinando los últimos listados para las publicaciones en la prensa local y ejecutar los remates. El 2018, si mal no recuerdo, se realizó el último remate, donde el objetivo era ‘chatarrizar’ esos vehículos”.

Proyecto de mejoramiento

En paralelo, el corral municipal será sometido a una serie de arreglos, como parte de un proyecto con recursos del gobierno regional, en la que se mejorarán los cierres perimetrales, se instalarán cámaras, se mejorará la iluminación, “y el objetivo es que exista mayor seguridad para evitar algunas situaciones que han ocurrido, que en determinado momento desaparece una radio. Igual han ocurrido situaciones y ahí la municipalidad tiene que hacerse responsable de ese tipo de hechos. El objetivo nuestro es prestar un servicio que está claramente establecido en la Ley de Tránsito”, recalcó.

La inversión estimada para este proyecto es de $400 millones y mejorará además las condiciones para los funcionarios, así como los accesos en el sector oriente, por lo que se proyecta que a fin de año esté concluido. “Hay otras situaciones que nos han ido retrasando no sólo a nosotros, como cuarentenas. Es una obra en que la unidad técnica es la dirección de Obras y son profesionales del área de construcción los que están haciendo seguimiento a esos trabajos. Se tiene estimado que a fines del presente año estén terminados los trabajos y eso va a significar mejorar sustantivamente la seguridad del recinto, que hoy tiene algunas debilidades, zonas donde cualquier persona puede acceder y eso representa riesgos”, reconoció Sergio Oyarzo.

En el corral vehicular trabajan dos funcionarios en turnos de 12 horas de 8 a 20 horas, sin turno nocturno, por la contingencia sanitaria, por lo que la atención es solamente diurna. En condiciones normales hay dos guardias de seguridad que trabajan en el lado oriente. “Controlar un recinto de estas características, en la noche, no es fácil con tres personas, por eso las cámaras de seguridad van a permitir tener una visión de todo el perímetro”, apuntó Oyarzo.

Situación en pandemia

El establecimiento de toque de queda por el estado de emergencia en que se ha mantenido el país desde marzo de 2020 no ha logrado disminuir la cantidad de vehículos que ingresan a la maestranza. “Los primeros seis meses de la pandemia aumentó un poco, pero, si analizamos el cuatrimestre del año pasado al anterior, es muy similar. Hoy en día tenemos a la fecha 362 autos que han ingresado desde enero. De esos, el 55% han sido retirados, el resto no. Y hay situaciones en que sabemos que hay algunos que nunca serán retirados, aquellos que sufrieron un accidente grave y donde el auto quedó prácticamente inutilizado y murieron una o dos personas, nadie lo viene a retirar”.

Respecto del procedimiento, Sergio Oyarzo recordó que ellos pueden entregar los vehículos que están autorizados por el juez de Policía Local, Fiscalía o Tribunal de Garantía.

“La persona debe tener una autorización, que nos debe enviar y en un plazo no mayor a las 24 horas contactamos a la persona y le damos fecha y hora para retirar su vehículo. Tienen que demostrar que pagaron el servicio de grúa, los documentos al día y si no los tienen, deben retirarlos necesariamente, con grúa. Ahí la gente se molesta, pero yo no puedo permitir que un vehículo que ingresó por tener todos los documentos vencidos, después yo lo largo a la calle de nuevo. Si ese vehículo se accidenta y anda sin seguro, y hay lesionados y muertos, no se paga ninguna indemnización”, subrayó.

Respecto de los automóviles que se retiran de la vía pública por estar abandonados, Oyarzo adelantó que “la municipalidad está en proceso de evaluación. El 27 de abril cerró la licitación para retirar una cantidad importante de vehículos en un proyecto que dura casi diez meses, con recursos del gobierno y la idea es retirar unos 600-700 vehículos o más. Y ahí se nos va a aumentar más la cantidad que tenemos acá, pero de aquí a que el proyecto parta, debieran salir, por lo menos 100-120”, calculó Oyarzo.

La semana pasada, por ejemplo, por toque de queda llegaron 12 autos en una noche, aunque no necesariamente por incumplir esta medida, sino “porque además andan con documentos vencidos, sin licencia de conducir y en estado de ebriedad”, ejemplifica. Por eso, el jefe de la maestranza sostiene que “en vez de ir mejorando la conducta, cada vez se va degradando más y va siendo más de incumplimiento”.