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Acusan a China de actuar irresponsablemente tras la caída descontrolada de su cohete

Lunes 10 de Mayo del 2021

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El tamaño del objeto, con una masa estimada de entre 17 y 21 toneladas y un tamaño de aproximadamente 30 metros, y la velocidad a la que avanzaba -unos 28.000 kilómetros por hora- motivó la activación de varios de los servicios de vigilancia espacial más importantes del mundo.

El administrador de la Nasa, Bill Nelson, afirmó que China “no cumple con las normas de responsabilidad” en relación con sus desechos espaciales. “Las naciones que realizan actividades espaciales deben minimizar los riesgos para las personas y los bienes en la Tierra de los reingresos de objetos espaciales y maximizar la transparencia en relación con esas operaciones”, denunció indignado en una breve declaración publicada en el sitio web de la Nasa.

Los restos de un cohete chino lanzado a finales de abril cayeron el domingo en el océano Indico, tras más de una semana de especulaciones sobre el lugar de la Tierra donde se estrellaría. “Está claro que China no cumple con las normas de responsabilidad en lo que respecta a sus desechos espaciales”, acusó Nelson.

Y agregó: “Es fundamental que China y todas las naciones que realizan actividades espaciales actúen de forma responsable y transparente en el espacio para garantizar la seguridad, la estabilidad, la protección y la sostenibilidad a largo plazo de las actividades en el espacio exterior”.

Los restos del Long March 5B aterrizaron finalmente en el océano Indico, cerca de las islas Maldivas, según informó la agencia espacial china. El Mando Espacial de Estados Unidos había estado siguiendo los restos del cohete, un cilindro de unas 22,5 toneladas pero los modelos mostraban que la chatarra espacial podía aterrizar en cualquier lugar desde América del Norte hasta Africa.

La pieza que cayó del cielo formaba parte de la etapa del refuerzo central de la Gran March 5B, diseñada para levantar las partes grandes y pesadas de la estación espacial. Las etapas inferiores por lo general vuelven a la Tierra inmediatamente después del lanzamiento. Las etapas superiores que alcanzan la órbita vuelven a encender el motor después de liberar sus cargas útiles, guiándolos en el reingreso hacia un área desocupada, como el medio de un océano. En las últimas tres décadas, sólo China ha puesto en órbita etapas de cohetes de este tamaño para luego dejarlas caer en algún lugar al azar, denunció Jonathan McDowell, astrofísico en el Centro de Astrofísica en Cambridge, Massachusett, que monitorea el ir y venir de los objetos en el espacio.

China planea muchos más lanzamientos en los próximos meses a medida que se complete la construcción de la tercera estación espacial del país, llamada Tiangong, o “palacio celestial”. Eso requerirá vuelos adicionales del inmenso cohete y la posibilidad de más reingresos no controlados que la gente observará con nerviosismo, incluso si el riesgo de impacto es mínimo.

El año pasado, el primer lanzamiento de un cohete Long March 5B elevó un prototipo de la cápsula espacial tripulada de China. El propulsor de ese cohete también hizo un reingreso no controlado, y algunos escombros cayeron sobre una aldea en Costa de Marfil.

La primera estación espacial de China, llamada Tiangong-1 y lanzada en 2011, también volvió a caer a la Tierra en un descenso no controlado en 2018 antes de estrellarse sin causar daños en el Pacífico Sur.

Infobae