Carlos Ampuero: “El costo de las cuarentenas lo asumen los vecinos porque las ayudas llegan tarde”
Pese a que les cuesta más recolectar alimentos en tiempos de cuarentena, están dispuestos a mantener las ayudas a los pobladores más vulnerables.
Una crítica a las ayudas sociales que viene entregando el gobierno a las familias vulnerables en medio de la pandemia, hizo el vocero de la Agrupación de Voluntariado Puro Corazón, Carlos Ampuero Guerrero.
En su opinión, las ayudas han llegado tarde y extremadamente focalizadas, y acusa que no hay una preocupación de entregar a las familias las condiciones para poder cumplir con las restricciones sanitarias impuestas en el Plan Paso a Paso, que hoy tiene a la población de Punta Arenas viviendo su tercera cuarentena.
El dirigente de la sociedad civil planteó que en cada confinamiento son los trabajadores independientes los que quedan sin ingresos y de manos cruzadas, sin posibilidad de trabajar debido a las restricciones vigentes que le impiden obtener un permiso colectivo. “Cuando estos vecinos se ven en una situación dramática recurren a los voluntariados, incluso hay quienes llegan derivados de instituciones públicas”, subrayó.
Ante este escenario, sostiene que se deberían acortar los tiempos para la entrega de las ayudas del Estado. Y, es que hay pobladores que han tramitado por meses tener acceso a un aporte gubernamental, situación que se vuelve dramática si se trata de apoyos para pagar la renta de una vivienda. “Al momento de decretarse una cuarentena, las instituciones deberían estar preparadas para apoyar a las familias, ya que al final el costo de las cuarentenas lo asumen los vecinos porque las ayudas llegan tarde”, enfatizó Ampuero.
Además, agregó, son apoyos muy focalizados y la gestión se demora meses, especialmente los subsidios de arriendo, haciendo que al final se acumulen las deudas por este concepto. “Eso se subsanó con los retiros de los fundos previsionales que ayudó a muchas familias a sobrevivir. Los beneficios del Estado siguen siendo muy focalizados y la cantidad de requisitos que exigen deja fuera a muchas familias”.
Previendo lo que se venía en materia de restricciones personales, como voluntariado se habían preparado para esta situación, recolectando víveres y otros insumos para apoyar a las familias. Es un trabajo autogestionado, aunque también han recibido donaciones de vecinos. La idea es solicitar los permisos correspondientes para continuar trabajando de la misma forma en que se hizo durante la cuarentena anterior.
En enero y febrero estuvieron acopiando alimentos no perecibles de modo de poder enfrentar una próxima cuarentena. “Aprendimos de las cuarentenas del año pasado, que fueron muy prolongadas y por eso nos hemos preparado con autogestión y con algunas donaciones para este periodo. Es un poco más difícil gestionar ayudas porque las campañas se sostenían en base a las donaciones. Y, es que este año es diferente porque los vecinos han comenzado a cuidar sus recursos frente al complejo escenario económico, pero vamos a seguir trabajando”.
Son alrededor de 15 voluntarios que se rotan en la distribución de la ayuda recolectada. Además seguirán saliendo los lunes a entregar colaciones a unos 27 adultos mayores que viven solo.
Si bien han buscado la forma de postular a proyectos sociales, hay cosas como son los alimentos para las canastas que no se pueden financiar por esta vía. La mayoría de los proyectos va destinado a implementación para sedes o para organizaciones, pero no para alimentos por lo que es difícil gestionar un proyecto que financie ese tipo de ayuda.