Artesana se reinventa para enfrentar las restricciones sanitarias
Las restricciones sanitarias, la nula llegada de turistas y las prohibiciones que ha impuesto la cuarentena tienen a decenas de artesanos al borde del precipicio. Así han buscado reinventarse y sortear las dificultades que se arrastran desde las protestas que comenzaron en octubre de 2019.
Rosa López Fierro elabora una amplia variedad de productos en lana. Ella es una de las artesanas del Centro Artesanal, de las pocas que va quedando y que no ha podido ampliar su giro comercial.
A sus 47 años trabaja en la artesanía en lana, un arte que se ha traspasado de generación en generación. Son productos que principalmente se venden en su mayoría a turistas porque los magallánicos no los compran regularmente. “Cuando no hay cuarentena son cuatro locales que vienen día por medio, pero la gente no llega a comprar”, comentó la artesana, quien explica que tienen una gran variedad de productos para ofrecer y por ello llamó a comprar artesanías de la región.
Advierte que no han tenido ayudas del gobierno y que han buscado postular a distintos fondos pero no han logrado apoyos concretos.
Al no tener experiencia en la postulación de proyectos, les ha costado acceder a estos beneficios. Así han postulado al Fosis y a Sercotec, con la cuarentena y las restricciones, pero “nos piden acreditar ventas que no tenemos. El Fosis nos pedía mínimo 300 mil mensuales y de adónde vamos a sacar esas ventas, si con suerte y sacrificio nos alcanza para mantener nuestros hogares”, dice.
Fue en el marco de este complejo escenario, que decidió vender sus productos a través de Facebook. No fue un proceso fácil y reconoce que ella no es de la era digital, pero en las redes sociales igual la han bloqueado y hackeado. Pero no se rinde y es que esta se ha transformado en su vitrina de ventas. Así quienes se puedan contactar con ella se pueden contactar a través del Facebook Rouse Mary López o al whatsapp +56953863505.
Otro de los desafíos que han enfrentado es el alto costo de la lana y, a pesar de ello, han mantenido sus precios. “Con el cambio de fase estoy feliz porque así voy a poder repartir mis productos, porque con el permiso por dos horas es verdaderamente imposible”, agrega.