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Abogado y convencionalista electo Fernando Atria: “La Constituyente no va a ser una conversación de café entre dos amigos, pero las condiciones están dadas para llegar a un resultado exitoso”

Lunes 21 de Junio del 2021

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Siendo uno de los 155 integrantes de la Convención Constitucional, cuya primera sesión se realizará el 4 de julio,
reconoce que hay y habrá desacuerdos, pero afirma que no existirá espacio para bloqueos unilaterales.

Alejandro Salazar

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“¿Qué estaba haciendo en 2010? Estaba dedicado a hacer clases en la universidad, a mi vida académica, pero observando cómo se iniciaba un proceso. No podía decir: ‘Esto va a pasar’, pero se iba en una dirección donde la solución a las demandas llegaría corrigiéndose la institucionalidad o, como dije en 2013, por las malas, estallando todo. Y estalló”.

Fernando Atria Lemaitre aún se sacude del frío que pocos minutos antes le dejó su paso por la Costanera, ahí frente al estrecho donde el diputado Gabriel Boric puso en marcha la propuesta programática presidencial del Frente Amplio como su candidato a las primarias del próximo mes.

La pura trayectoria de este abogado, académico y experto en derecho constitucional da para llenar una página. Sin embargo, el propio Boric lo resume de la siguiente manera: “Cuando comenzamos en la búsqueda de este nuevo Chile, lo hacíamos con un libro de Fernando Atria en la mochila”.

Los tiempos cambian, como las realidades, los procesos y también el clima. Atria sonríe, asegura que el aire puro de Magallanes justifica por mil el frío, y admite que le gustaría haber extendido esta visita de menos de 24 horas. Un café y a la conversación.

– Viajemos en la máquina el tiempo. ¿En qué estaba Fernando Atria en 2010?

– “Dedicado a hacer clases en la universidad, a mi vida académica. En ese año tenía una visión sobre la Constitución respecto a que existía para darle veto a la derecha. Lo dije en mi primera participación más pública y menos académica. Lo que observaba era que teníamos una institucionalidad que permitía que todas las demandas sociales que surgían e iban en la dirección contraria a lo que la derecha quería eran vetadas y como eran vetadas rebotaban en la institucionalidad”.

– Y lo que vino después, ¿se podía prever, era evidente?

– “Habíamos tenido el movimiento Pingüino en 2006 y después vino un año (2011) para el movimiento estudiantil, grandes protestas contra HidroAysén, manifestaciones de No+AFP y el Mayo Feminista. Entonces era un proceso cada vez más grande de irrupción de la sociedad, de una demanda de transformación que era vetada y que generaba desligitimatización, y que llegó a un punto que estalló. Eso ocurrió, se veía, pero no podía decir que eso iba a pasar. La dirección era esa, porque la solución pasaba porque la propia institucionalidad se corrigiera, y en eso siempre fui escéptico. Por eso en 2013 dije que la opción era eso o que la solución llegara por las malas. Eso pasó”.

Un café entre amigos

Con 53 mil votos, Atria se convirtió en uno de los 155 constituyentes que tendrán la misión de dar vida a una nueva Constitución para Chile.

Como presidente del movimiento político progresista Fuerza Común, el cual forma parte del Frente Amplio, se presentó a las elecciones de mayo pasado como candidato independiente en el cupo de Revolución Democrática (RD), siendo elegido en las comunas de Santiago, Ñuñoa, Macul, La Granja, Providencia y San Joaquín.

Lo primero que señala al referirse al trabajo que deberán asumir los constituyentes es en lo optimista que se debe estar acerca del futuro del proceso. Expone como argumentos en que hoy se tienen herramientas y elementos que eran imposibles siquiera de imaginar al principio del proceso. “Había dos cuestiones decisivas: un plebiscito por el cual muchos habíamos estado luchando desde hace mucho tiempo y por lo que nos habían dicho de todo. Sólo recordar que el propio ministro de Michelle Bachelet, Jorge Burgos, llegó a decir que proponer un plebiscito constituyente era un atajo raro. Después había una decisión constituyente desde una hoja en blanco. Yo lo había dicho desde el principio: no son las condiciones ideales, pero son condiciones que sí permiten una genuina nueva Constitución”.

Agrega que el proceso se fue adecuando, se hizo una convención paritaria, después se incluyeron los escaños reservados, se adecuaron las reglas para los independientes y se les permitió entrar. “Fueron todos pasos en la dirección correcta hacia lo que tenemos hoy, con un optimismo que se reafirma con el hecho de que nadie tiene una representación en la convención suficiente para bloquear unilateralmente. Entonces nadie va a poder impedir el avance desde su sola trinchera y eso plantea un contexto de discusión que no habíamos tenido nunca, y hablo de los últimos 30 años, porque toda discusión ha estado atravesada por la posibilidad de veto de la derecha y eso ahora no lo vamos a tener”.

En este mismo punto, plantea que “cualquiera que insista en su propia ortodoxia y se atrinchere, en vez de bloquear, que es lo que creo planificaba la derecha, se va a quedar atrás con la única posibilidad de automarginarse del proceso, porque el resto va a continuar”.

– Hace algunos días hubo una declaración de la Vocería de los Pueblos en la que hablaron de no subordinarse. ¿Cuál es su opinión?

– “Toda la convención constitucional ha estado atravesada por exageraciones, donde cualquier cosa que diga alguien y que a otro no le parezca termina en una especie de escándalo. Ellos (la Vocería) plantearon su posición respecto de una serie de puntos que me parecen completamente razonables y que contribuyen al proceso constituyente, como que se de solución a los presos de la revuelta y se paren las deportaciones en masa. Estoy de acuerdo con eso. Manifestaron también su opinión acerca de las reglas que se le aplica a la asamblea, y uno puede tener su posición, y me parece totalmente razonable que los distintos grupos de la convención expresen su opinión. Hubo esta reacción de que esto es el colmo, de que se están saltando la reglas, pero precisamente para que pueda haber una conversación constituyente razonable hay que bajar las revoluciones en ese sentido, porque van a existir propuestas que a algunos le van a parecer incorrectas, a otros inaceptables, pero es parte de la conversación”.

– Justamente, ese tipo de diferencias y desacuerdos son los que llevan a muchos a temer que el proceso no tenga un final feliz.

– “Desacuerdos van a existir, y en algunos casos van a ser duros. La constituyente no va a ser una conversación de café entre dos amigos, no va a ser así, pero todos tienen interés de que el proceso resulte bien y eso es un buen punto de partida. Las condiciones están dadas para que haya una discusión política que permita llegar a un resultado exitoso y yo soy optimista, más aún después de las elecciones de mayo, viendo que las condiciones son auspiciosas”.

– Basándose en su trayectoria, ¿no siente que usted y otras personas “grandes” tienen una responsabilidad mayor dentro de la convención?

– “Siempre hay extremistas mayores y sensatos menores. No creo en una responsabilidad mayor, sino especial de todos quienes fuimos elegidos. Sobre los hombros de los 155 tenemos una responsabilidad especial colectiva, porque en este proceso Chile se juega mucho y si se llegara a fracasar el perjuicio sería grave. Por eso todos debemos tener consciencia y asumir con responsabilidad sobre todo las diferencias que existen y que seguro van a seguir existiendo, porque no tiene sentido negarlas”.