Poder por el poder

La primera semana de convivencia entre el gobernador regional de Magallanes, Jorge Flies y la delegada presidencial, Jenniffer Rojas, evidenció que los saludos iniciales fueron protocolares, pero después de la asunción de cada uno en sus respectivos cargos el empoderamiento los está llevando a marcar presencia y territorio, necesario para sacar lustre a la nueva institucionalidad de una y otra vereda.

Lo ocurrido en la semana con la necesaria coordinación que les recordó la delegada al Consejo Regional que deben considerar antes de citar a un seremi o jefe de servicio, dejó al descubierto la fragilidad en la que van navegando las jefaturas de uno y otro lado.

Si el lunes habían acudido seremis a reunirse con los consejeros regionales y todo cambió el miércoles cuando se recordó la necesaria coordinación, bastaba los llamados telefónicos entre gobernador regional y delegada presidencial para superar el impasse.

Una cosa será el discurso, pero otro factor será ejecutar con hechos reales y habrá que dejar los orgullos para saber poner voluntad y ceder para llevar la fiesta en paz.

Aunque a algunos les duela, en una vereda avanzará la figura de la primera autoridad regional electa por la ciudadanía y, por el otro lado, la delegada designada por el gobierno de turno. A Flies y Rojas les toca bailar en este escenario. ¿Qué pasará cuando le corresponda al mismo Flies lidiar con el futuro delegado o delegada que instale el próximo gobierno electo?