Necrológicas

Comunidad Covadonga-Ona trabaja en el reconocimiento del pueblo selknam en la Ley Indígena

Domingo 26 de Septiembre del 2021

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Durante la presente semana sostuvieron varias reuniones y se fueron con la esperanza de concretar algunas actividades, como una visita al parque Karukinka en Tierra del Fuego. Los dirigentes de la Corporación Selknam Chile Covadonga-Ona, Hema’ny Molina Vargas y José Luis Vásquez Chogue hicieron un balance positivo de esta gira, que va en la línea de obtener el reconocimiento de su pueblo en la Ley Indígena.

“Vinimos exclusivamente invitados por el Ministerio de Desarrollo Social y el Mineduc a participar de la revisión de los contenidos de los textos de estudio para niños de primero y segundo básico con respecto al área de Ciencias Sociales, Historia y Geografía. Paralelo a eso, el lunes tuvimos la grata sorpresa que el proyecto que estábamos esperando y al cual se había postulado para el estudio que solicita el Estado para nuestro proceso de integración de la Ley Indígena ya había sido adjudicado y fue muy grato saber que la Universidad Silva Henríquez y la Universidad de Magallanes, nos van a apoyar en ese estudio. Ahora tenemos una ardua tarea, ya que son tres meses y medio de plazo para entregar estos informes”, detalló la presidenta de la Corporación Selknam Chile, Hema’ny Molina Vargas.

Este estudio antropológico, historiográfico y arqueológico busca comprobar, corroborar y verificar la continuidad de vida de las líneas familiares y oralidad, “y determinar cuál fue el traslado forzoso que sufrieron nuestros ancestros a fines del siglo XIX y principios del XX; esa es la recopilación que hay que hacer e historiográficamente hay que demostrar que las familias fueron sacadas forzosamente y que hubo una continuidad familiar, cultural, transmisión de memoria y es el mismo estudio que se realizó, en su momento, con los hermanos changos y diaguitas”, puntualizó Molina.

A diferencia de los pueblos kawésqar y yagán, que sí aparecen reconocidos en la Ley Indígena, “desafortunadamente, no estábamos a la vista, no teníamos esta articulación. La historia nuestra es un poco distinta, porque a nuestros niños y adolescentes en aquel tiempo, fueron sacados de Tierra del Fuego, y disgregados en el país, entonces la sobrevivencia se basó en el silencio, el miedo y el mestizaje. En principio fue forzoso, todos sabemos lo que pasaba en Tierra del Fuego, no es necesario redundar en eso. Sin embargo, este mestizaje se convirtió luego en una de las estrategias de sobrevivencia, para mantener la cultura, todos estos niños crecieron, formaron familias y ellas transmitieron sus recuerdos e historias. Esa es una de las grandes razones por las que estamos desparramados en todo Chile, tenemos familias desde Arica a Porvenir. El proceso, si bien es cierto, es un poco tiempo, tenemos un estudio avanzado con la Universidad Silva Henríquez desde 2016, por iniciativa nuestra.

Actualmente, la comunidad Covadonga-Ona está compuesta por 10 familias, aunque tienen claridad de que son muchos más los que están distribuidos por el país y que quizás no saben su origen. “Hasta hoy ha ido creciendo la comunidad, que tienen recuerdos y vestigios familiares orales y hay que trabajar en esa oralidad, y ahí, el apoyo de los profesionales es fundamental para ir armando estas historias”, finalizó Hema’ny Molina Vargas.

Regreso a sus orígenes

Para José Luis Vásquez Chogue, secretario de la Corporación Selknam, llegar a la región por primera vez, le provocó un especial sentimiento, sobre todo, al observar en el horizonte la isla de Tierra del Fuego. “Ha sido bonito conocer a tantos amigos que han conocido nuestra historia. Otros hermanos han venido. Cuando vi la isla sentí mucha emoción, pero no la pudimos visitar, porque nuestra estadía fue muy corta”.

Para graficar todos estos sentimientos, Vásquez, de inmediato, relató todo lo que le tocó vivir a su abuelo, “un sobreviviente de la misión salesiana de isla Dawson, junto a su madre y tres de sus hermanos, al cierre de la misión, salió de la isla y fue entregado en adopción a un colono francés y después mi abuelo aparece en el norte de Chile haciendo el Servicio Militar. De ahí pasó al Cuerpo de Carabineros, prestó servicio en la Tercera Comisaría María Elena, en las salitreras. Pero comenzó a sufrir problemas de salud, porque como era de acá, el clima le empezó a hacer mal y tuvo asma. Solicitó su baja de Carabineros, viajó a Santiago y trabajó en los trolebuses como cobrador, mecánico y conductor. Ahí conoció a mi abuela, se casan, tienen una única hija, que es mi madre Orfa, de 86 años, y tuvo siete hijos. De ahí sigue nuestro linaje, que ya somos como sesenta personas, que estamos repartidos en distintas regiones de Chile y en el extranjero”, resume.

Vásquez siempre tuvo conciencia de su origen, por el tiempo que compartió con su abuelo durante su niñez. “Aparte que si se ven fotos de él, se sabe altiro que es selknam, y por su contextura física, medía como un metro 70, pero era muy corpulento. Cuando era cobrador de los trolebuses, muchas veces lo quisieron asaltar, y llegaba lleno de tajos, pero nunca le quitaron la recaudación”, recordó.

Y pese a que la lengua y la historiografía está muy registrada en diccionarios, y sus abuelos se comunicaban el selknam, el resto de la familia no lo aprendió, porque “esta sobrevivencia se debe también a la protección que nos daba mi abuelo, porque sabía lo que pasaba con los selknam, el riesgo que corría la familia”, apuntó Vásquez, que siempre que habla de su abuelo, se emociona hasta las lágrimas, pese a que lo conoció hasta los 10 años.

Es por ello que para mantener su legado, José Luis Vásquez sigue en este camino de reconocimiento de su pueblo, ya que también expone que “fue injusto todo lo que vivieron. Por eso, todos estos procesos culturales y políticos que se están viviendo nos están permitiendo llegar a estos logros que estamos alcanzando como hijos y nietos de ellos”.

En ese sentido, Vásquez recordó que la corporación comenzó a trabajar en 2015, primero como comunidad y de ahí derivó a esta organización, que ya les permitió tener un respaldo legal. Pero como aún no cuentan con este reconocimiento en la Ley Indígena, quedaron excluidos de participar en la Convención Constituyente. “Igual hay gente que son detractores de nosotros, que no entienden estos procesos de búsqueda de reconocimiento, porque no estamos pidiendo que en casos familiares estemos pidiendo el reconocimiento particular, sino que de nuestro pueblo y cuando los selknam sean reconocidos cada familia, después que se terminen estos estudios que estamos realizando, vamos a hacer nuestra solicitud de acreditación ante la Conadi”, expuso.