Joven que cayó del quinto piso del hospital anhela volver a su casa; está internado desde febrero de este año

– La familia ha realizado las gestiones para obtener una vivienda adaptada para su discapacidad, pero han transcurrido meses y aún no han tenido respuesta.

“Llevo ocho meses en el hospital. Estuve en la Unidad de Cuidados Intensivos. Mi pronóstico era que iba a quedar vegetal. Estuve un mes en coma, casi a punto de morir, pero ya pasé lo peor y ahora lo único que me queda es recibir una casa”. Es el testimonio de Alan Aguilar Tecay (21), quien explica lo vivido en estos meses, luego de caer al vacío desde el quinto piso del Hospital Clínico, en febrero de este año.

Alan requiere una vivienda que tenga las condiciones para recibirlo en su situación de discapacidad, porque no puede seguir con hospitalización domiciliaria. Y, es que la propiedad que arrienda su madre no cumple con las condiciones para ingresar con un catre clínico y menos para que pueda desplazarse en silla de ruedas.

El accidente que lo dejó postrado se desató alrededor de las 20 horas del 25 de febrero, en circunstancias que se encontraba internado a causa de una patología psiquiátrica. Enseguida se procedió a la activación del llamado Código Azul (de emergencia) en el recinto hospitalario. Minutos después personal médico salía al frontis, donde el joven se encontraba tendido sobre el cemento.

Contra todo pronóstico, logró sobrevivir y salir adelante y recuperarse de las graves lesiones. “Estoy postrado en una cama, muevo los pies, pero aún no puedo sentarme y tengo que estar en reposo durante un año”, relata.

Su mamá, Maribel Tecay, señala que su hijo tendrá que ser intervenido quirúrgicamente dentro de un año. Este nuevo procedimiento le permitiría moverse en una silla de rueda. “Ahora lo están controlando los médicos para ver cómo han evolucionado sus huesos, pero no necesita estar tanto en el hospital y quiere estar en su casa”, apunta.

La mujer viene realizando trámites a nivel del Servicio Nacional de la Discapacidad (Senadis) y en el Servicio de Vivienda y Urbanización, e incluso ha pedido ayuda a la Municipalidad de Punta Arenas, pero han transcurrido los meses sin que hayan tenido respuestas a su petición que busca que Alan pueda continuar su tratamiento al lado de su familia.

“Me gustaría irme a mi casa, reunirme con mi familia, acá me tratan súper bien, pero sólo puedo mirar por la ventana. Además. Por la pandemia las visitas están restringidas y me gustaría que mi familia me pudiera visitar, o hablar con ellos. Pero, para ello necesito una casa que tenga espacios amplios”, subrayó.

“Alan está de alta, pero es un alta para hospitalización domiciliaria y por eso que hemos luchado por cinco meses más o menos por una solución habitacional, sin obtener una respuesta clara, siendo la razón por la que optamos por hacer público nuestra odisea”, planteó la madre.