Necrológicas

Día mundial de la prevención del abuso sexual infantil

Por La Prensa Austral Sábado 20 de Noviembre del 2021

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En muchos hogares a diario se vulneran las garantías esenciales que deben caracterizar el desarrollo de todo niño y niña, sufriendo violencia intrafamiliar y abusos sexuales, dos grandes males que afectan a muchos menores magallánicos.

 

Conmueve el drama que a diario viven a nivel mundial muchos niños agredidos, abusados y vulnerados en sus derechos fundamentales. Es una realidad que duele.

Este 19 de noviembre se conmemoró el Día mundial de la prevención del abuso sexual en la infancia, fecha en que la ONG Alerta Vida, instó porque en todo el planeta este tipo de violencia sea declarado delito de lesa humanidad e imprescriptible, al igual que se realice un registro de ADN de todos los denunciados (no necesariamente procesados ni condenados, para evitar casos futuros), que se aumenten las penas, que a los abusadores se les coloque un chip por el cual puedan ser ubicados por GPS. Y, también, que se tipifique como enfermedad criminal a la pedofilia y sean encerrados en cárceles psiquiátricas de alta complejidad a los abusadores de niños y niñas.

En Magallanes, el tema del abuso sexual en la infancia alcanza ribetes preocupantes que merece poner el foco en reforzar las acciones preventivas.

En muchos hogares a diario se vulneran las garantías esenciales que deben estar presentes en el desarrollo de todo niño y niña, sufriendo violencia intrafamiliar y abusos sexuales, dos grandes males que afectan a muchos menores magallánicos. Por eso es vital tomar conciencia. Principalmente los adultos.

Cada cierto tiempo la población conoce a través de los medios de comunicación historias de abusos sexuales que afectan a niños y jóvenes de ambos sexos. Pero, contrariamente a lo que se puede pensar, en el sentido de que la exposición ante la opinión pública de estos casos frena la ocurrencia de nuevas agresiones, éstas continúan manifestándose de manera creciente, sobre todo, al interior de las propias familias.

Esta situación resulta compleja, pues muchas veces se prefiere el silencio a la denuncia oportuna. Esta actitud suele ser alentada por el temor, tanto de la víctima, como de personas cercanas a ella que conocen los hechos. Romper este miedo es un gran desafío; no sólo para quienes sufren las agresiones sexuales y su entorno más inmediato; también para los organismos policiales, Fiscalía, Poder Judicial y otros vinculados a esta materia en orden a brindar las garantías necesarias para que se rompa el nefasto círculo de impunidad.

Esta es una tarea a la que nadie puede restarse y que se debe llevar a cabo día a día.