Bélgica: violentas protestas contra las medidas para frenar quinta ola de Covid
Unas 35.000 personas se manifestaron ayer en Bruselas en contra de las restricciones adoptadas para frenar la quinta ola de Covid-19, en particular la obligación de presentar el certificado de vacunación para acceder a lugares públicos, en una marcha en la que se registraron incidentes entre la policía y participantes en la protesta.
La manifestación, autorizada por el ayuntamiento de la capital belga, partió en torno a las 13,30 hora local de la estación del Norte y a media tarde recorría el centro de la ciudad bajo el lema “Juntos por la Libertad”, según informó la agencia Belga.
La policía utilizó cañones de agua y gas lacrimógeno para dispersar a algunos manifestantes, que protestaron contra las medidas adoptadas a raíz del repunte de casos de Covid-19 en el país.
Según recogieron los medios locales algunas personas lanzaron fuegos artificiales contra la policía, así como vandalizaron algunos vehículos policiales.
Imágenes difundidas en redes sociales mostraron a algunos participantes destrozando el mobiliario de algunas terrazas de bares que encontraron a su paso y montaron barricadas a las que prendieron fuego.
Convocada la marcha en principio para protestar contra el uso del pase Covid, también hubo manifestantes que criticaron la vacunación obligatoria para todo el personal sanitario acordada por el gobierno o las vacunas en general, según indicó la televisión pública RTBF.
Los organizadores han denunciado en un comunicado “las medidas restrictivas de libertad, que no constituyen una solución estructural para la sanidad”.
El repunte de casos de Covid-19 en Bélgica, donde la incidencia acumulada subió un 19% en la última semana analizada, hasta los 1.346 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días, llevó al gobierno a endurecer algunas restricciones, aunque no se han cerrado sectores económicos ni se ha confinado a ciertos colectivos, como en otros países europeos.
Las medidas pasan fundamentalmente por imponer el teletrabajo obligatorio cuatro días a la semana y ampliar el uso de la mascarilla en el interior de establecimientos y lugares culturales, como restaurantes o cines, aunque para acceder a ellos se haya solicitado el certificado Covid.
Bélgica ya exige desde octubre presentar este documento -que prueba que el portador está vacunado, ha pasado la enfermedad o dado negativo en un test reciente- para acceder a la restauración y eventos culturales.
Además, el gobierno ha introducido la obligación de vacunarse para todos los trabajadores sanitarios del país que, de lo contrario, a partir del 1 de enero verán suspendido su empleo hasta el 31 de marzo, fecha a partir de la cual su contrato será rescindido -con derecho al paro- o suspendido hasta que el trabajador se vacune si se opone al despido -en ese caso sin sueldo-.