Abstención, la otra protagonista de las elecciones
– … Mientras negocian apoyos a nivel partidario y de movimientos sociales, el desafío de estos aspirantes a La Moneda también tendrá que apostar a movilizar a una mayor cantidad de electores, sobre todo aquellos de las comunas más pobres que no acudieron a sufragar.
Las largas filas afuera de los locales de votación y las extensas esperas de miles de electores contribuyeron a una falsa impresión inicial. Sí, durante gran parte de la jornada del domingo, se pensó que se superarían las altas tasas de abstención registradas en los últimos años. Finalmente, el Servicio Electoral echó por tierra esa primera percepción cifrando en poco más de 7 millones 115 mil 590 las personas que acudieron a las urnas para elegir al próximo Presidente de la República.
Para las elecciones del domingo, el padrón electoral era de 15 millones 30 mil 973 electores, de los cuales 14 millones 959 mil 955 correspondían a gente viviendo en el país y 71 mil 18 a chilenos radicados en el extranjero.
Así, el porcentaje de participación no superó el 50% ni dentro ni fuera del país. En Chile votaron 7 millones 554 personas; en las mesas dispuestas alrededor del mundo lo hicieron otras 34 mil 36.
Así, en la elección presidencial la participación llegó al 47,34%. Dicha tasa fue igual respecto de quienes sufragaron a lo largo del país y se incrementó levemente en el extranjero, llegando al 47,93%.
El porcentaje de participación fue menor respecto de las elecciones parlamentarias y de consejeros regionales, lo cual vuelve a poner en el tapete el tema del sufragio voluntario y de la necesidad de reforzar la enseñanza cívica, a fin de que cada ciudadano ejerza su derecho a voto y su deber de contribuir, con él, a la buena salud de la democracia.
Desde ayer, José Antonio Kast (candidato del Frente Social Cristiano) y Gabriel Boric (de Apruebo Dignidad) iniciaron sus campañas de cara al balotaje, que los volverá a enfrentar el domingo 19 de diciembre próximo.
Con poco más de dos puntos porcentuales de diferencia, ambos tienen el gran desafío de ampliar su electorado, mientras los partidos que no los apoyaron en primera vuelta se han expresado, casi mayoritariamente, pidiéndoles adecuaciones y morigeraciones a sus programas de gobierno.
Ni Kast ni Boric pueden creer que el endoso de votos será inmediato y total desde los otros candidatos que quedaron en el camino. Así, mientras negocian apoyos a nivel partidario y de movimientos sociales, el desafío de estos aspirantes a La Moneda también tendrá que apostar a movilizar a una mayor cantidad de electores, sobre todo aquellos de las comunas más pobres que no acudieron a sufragar.