Científicos alertan por la posible ruptura de un enorme glaciar en la Antártica
Hace 20 años, un área de hielo que se pensaba pesaba casi 500 mil millones de toneladas se separó dramáticamente del continente antártico y se rompió en miles de icebergs en el mar de Weddell.
Se trataba de la plataforma de hielo Larsen B de 3.250 km2 que se estaba derritiendo rápidamente. En sólo un mes el gigante de 200 metros de espesor se desintegró por completo. Los glaciólogos se sorprendieron tanto por la velocidad como por la magnitud del colapso. “Esto es asombroso. Simplemente está roto. Cayó como un muro y se rompió como en cientos de miles de ladrillos”, había dicho David Vaughan, glaciólogo del British Antarctic Survey (Bas) en Cambridge.
Esta semana, los científicos del hielo reunidos en Nueva Orleans advirtieron que algo aún más alarmante se estaba gestando en la capa de hielo de la Antártica occidental, una vasta cuenca de hielo en la Península Antártica. Años de investigación por equipos de científicos británicos y estadounidenses demostraron que se habían abierto grandes grietas y fisuras tanto en la parte superior como inferior del glaciar Thwaites, uno de los más grandes del mundo, y se temía que partes de él pudieran fracturarse y colapsar posiblemente dentro de cinco años o menos.
Thwaites se encuentra en la Antártica occidental y atraviesa un tramo de 120 kilómetros de costa helada. Un tercio del glaciar, a lo largo de su lado este, fluye más lentamente que el resto: está sostenido por una plataforma de hielo flotante, una extensión del glaciar que se mantiene en su lugar por una montaña submarina. La plataforma de hielo actúa como una abrazadera que evita un flujo más rápido del hielo corriente arriba.
Pero la banda de hielo que frena a Thwaites no durará mucho, ha advertido Erin Petitt, profesora asociada de la Universidad Estatal de Oregón, y miembro de un equipo internacional de científicos que ha publicado una nueva investigación sobre el porvenir de esta masa glacial continental.