Reflexiones navideñas: la esperanza
– Dejar atrás la pandemia y poder contar con un gobierno que se abra a la participación ciudadana, que impulse medidas a favor de la gente y genere condiciones de mayor equidad son buenos deseos que deberían albergar tanto quienes votaron por Boric o lo hicieron por Kast.
A propósito de las fiestas de fin de año, el Papa Francisco I ha entregado una serie de mensajes, en los que ha postulado que humildad es la palabra que puede englobar todo el misterio que encierra esta fecha, entendida por los creyentes como el día en que Dios se hizo hombre.
Señaló que la llegada de Cristo fue sin aspavientos, pero suscitando una misteriosa atracción en los corazones de quienes sienten la presencia desbordante de una novedad que está por cambiar la historia.
El Papa ha instado, entonces, a creyentes y a hombres de buena voluntad a aferrarse a la humildad como puerta de entrada a la esperanza.
La propia esperanza es definida como un estado de ánimo cuando se presenta como alcanzable algo que se desea y, para los creyentes, es la virtud teologal por la que se espera que Dios otorgue los bienes que ha prometido.
A menos de una semana de iniciarse el nuevo año, esperanza debe ser nuestra palabra para encarar los 365 días que se avecinan.
No han sido tiempos fáciles. Los últimos dos años los magallánicos, al igual que el resto del mundo, hemos tenido que sobrellevar una pandemia, viviendo no sólo momentos complejos respecto de la salud pública, sino de los efectos que la crisis sanitaria ha tenido en otros ámbitos de nuestra existencia, como el socioeconómico.
Ahora, encaramos el cambio del gobierno. A partir de marzo próximo, asumirá un magallánico la Presidencia de la República. Se trata de un orgullo para la región y, a la vez, un enorme desafío para Gabriel Boric, ya que la gente que votó mayoritariamente por él espera que encabece profundos cambios, que permitan contar con una sociedad más justa.
Dejar atrás la pandemia y poder contar con un gobierno que se abra a la participación ciudadana, que impulse medidas a favor de la gente y genere condiciones de mayor equidad son buenos deseos que deberían albergar tanto quienes votaron por Boric o lo hicieron por Kast.
Contar con una nueva Constitución también está en nuestro futuro inmediato. Este cambio constitucional es anhelado por la gran mayoría de los ciudadanos, teniendo fe en que será el inicio de un Chile diferente.
Así, el año que se aproxima es altamente promisorio y debemos encararlo con esperanza.