María Zion, la cantante urbana que salió de Cerro Sombrero y llegó a cantar en Europa

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l pasado fin de semana fue una de las figuras de la Expo Patagonia Weed que se realizó en Puerto Natales, donde compartió escenario con artistas nacionales como Quique Neira y Movimiento Original. Se trata de María Zion, una de las cantantes urbanas más importantes que han salido de Magallanes, con miles de seguidores en redes sociales y una producción que ya suma cuatro discos. Sin embargo, María José Giraldes, su nombre original, nació en Punta Arenas el 26 de octubre de 1983 y en Cerro Sombrero comenzó a forjar su interés por la música, el arte y la cultura. En la ciudad fueguina vivió hasta los 14 años y aprovechó cada oportunidad de cultivarse, tanto a través del cine como de la lectura, y por supuesto, la música.

“En Cerro Sombrero hacía folclore, desde muy chica. Mi padre José Giraldes era enapino, tenía un grupo Posecanto y en la comuna se cultivaba mucho la cultura, el deporte, la música, teníamos acceso a piscina, gimnasio, cine, eventos de canto para niños y adultos. Mi hermano José Eduardo, al que le decían ‘Cuti’, también fue músico y tocó en el grupo Granizo. Después me vine a Punta Arenas a cursar la enseñanza media, en el Colegio Punta Arenas, y ahí seguí en música rock y punk. Después entré a trabajar con el grupo Matafari, que hacían música reggae y funk. Ahí descubrí el amor por la música urbana, y conocí el hip hop”, resumió sobre su etapa inicial.

En esos años este estilo comenzó a dar sus primeros pasos, en forma muy subterránea, buscando espacios y formando, de a poco, referentes que han consolidado la escena actual. “Ha tenido un crecimiento notable, por los mismos artistas que han salido como Pablo Chill-e, Paloma Mami. Y así comenzó a ser más escuchado y valorado Chile, porque la cultura urbana viene de hace muchos años. En Santiago, como yo venía de Punta Arenas, donde no se veía mucho la desigualdad, decidí fusionar las letras con mensajes más positivos. La inspiración que traía de paisajes hermosos me hizo visibilizar la conciencia por nuestra madre tierra, el amor, dentro de estas pistas muy oscuras de hip hop fusionaba la armonía y la melodía, porque no sólo rapeo, sino que aprovecho todos los recursos disponibles”, explicó.

Llegar a una realidad diferente

Tras egresar de enseñanza media viajó a Santiago con la idea de estudiar Teatro, en 2003. En la capital debió sortear muchas dificultades en el ámbito artístico, entre ellas “ser mujer en una cultura que estaba muy dominada por hombres, en ese tiempo. Luché, saqué la voz, empecé a perseverar en este ambiente, a puro trabajo”. Importante fue tener como ejemplo, en esos años, a Anita Tijoux. “Ya era una gran referencia para mí, una de las mujeres únicas que estaban, en ese momento, sacando la cara por la música urbana”. También recuerda a Margihuanero, de Resonancia, “que yo lo escuchaba desde el colegio. El escuchó mi voz y me dijo ‘hagamos música’. Y fue una de las personas que me impulsó dentro de este mundo rapero tan machista, difícil, y yo siendo sureña, con un tremendo corazón, metida en tocatas donde había harta delincuencia también, desigualdad, injusticia y mucho dolor de los compañeros por su realidad, de la lucha por su familia. Pero siempre combatí desde el amor”.

Igual sufrió la discriminación de pares, que la miraban en menos sólo por el hecho de ser mujer, y pese a que ahora reconoce que tuvo que normalizar muchas conductas, no dio su brazo a torcer. “Aún no había mucho feminismo en mi vida, así que fue una gran lucha para poder perseverar. Algunas veces me borraron sesiones de música, videos, se metieron a mi My Space, que fue mi primera plataforma y le cambiaron la clave; fueron varios obstáculos que me pusieron para que no pudiera salir adelante. Es bien competitivo el ambiente, pero nunca tomé la decisión de dejarlo”, afirmó.

Por lo mismo estudió Teatro, para poder tener un elemento más de expresión sobre el escenario. Así llegó a vivir dos años en Europa en 2011, más específicamente en Barcelona, donde su principal hito fue ser telonera de Los Jaivas. “Junté plata, era universitaria, había terminado recién de egresar de mi carrera, porque no me gustó el sistema de teatro universitario, para nada, y que no me gustaría que nuevas generaciones vivieran. Ahí decidí irme, tengo un hermano viviendo en Francia, nació mi sobrina y ese fue un empuje para irme”.

Crecimiento en Europa

En el viejo continente se encontró con una realidad muy diferente a la que estaba acostumbrada. “Fue hermoso llegar allá y ver a españoles que valoraban mi música. La escena urbana de Europa es maravillosa y me enseñó mucho. Y escuchar a españoles con letras muy conscientes, mucha poesía, métrica, me permitió aprender mucho. Entré a una compañía de teatro musical donde hicimos una ópera rap ‘La vida es sueño’ de Calderón de la Barca, donde se mezclaba lenguaje clásico y en la que me tocó interpretar a una princesa soulbn”, valoró sobre su estadía europea.

Sin embargo, regresó a Chile debido a que su madre sufrió un cáncer mamario que finalmente, superó. “Sentí las ganas de estar con ella en este proceso tan difícil. Ahora está feliz, aunque a veces pelea y discute con esta hija música que tiene. Igual cambió mi vida, porque no tenía ningún interés en volver, allá conocí al papá de mis hijos y la vida me cambió en un 100%, pero mis hijos me dieron la fuerza para seguir persistiendo en mi música”.

La lucha de ella y de todos los artistas urbanos han hecho que esta escena sea la principal en Chile, con muchas referentes femeninas. “Ahora existen varias plataformas musicales, pero sigue siendo muy dificultoso entrar a radios, donde tienes que pagar, y creo que hay un rol importante del periodismo, de apoyar a los músicos de nuestro país”, indica.

En su trayectoria ha cantado con muchos artistas como Tiro de Gracia, Mama Soul, Flor de Rap, Movimiento Original, Gondwana “que me apadrinó en mis primeros eventos”, recuerda.

La pandemia la trajo de vuelta a Punta Arenas, para estar cerca de su familia, pero a la vez, perdió posibilidades de continuar mostrando su arte. Una realidad que afectó, con singular fuerza, al mundo artístico, quizás el más golpeado con la pandemia. “Ahí tengo una voz de protesta contra el Estado, que ha abandonado mucho a los músicos, es un rubro súper difícil y como quedamos los músicos, nadie nos ha ayudado y aún así habemos mucho que hemos seguido luchando para poder sacar música adelante, a través de redes sociales, streaming, haciendo conciertos online y tratando de reformular la vida. Lo importante es la perseverancia, ese es el consejo que le puedo a dar a los niños y jóvenes que se quieran dedicar a la música. Si realmente amas lo que haces, no soltarlo y buscar las herramientas necesarias para seguir en esto”, manifestó María Zion.

Cultura cannabica

El pasado fin de semana, María Zion fue una de las participantes de la Expo Patagonia Weed en Puerto Natales, un movimiento al que ella defiende con fervor. “Falta mucha educación cannabica, es una planta que ha sido estigmatizada como algo negativo, perseguida. A mí lo que me impresiona es cómo la sociedad está de acuerdo con empastillar a las personas, drogarlas y no masificar lo que ocurre con un tratamiento cannabico en, por ejemplo, mujeres con fibromialgia, en niños con autismo, en cómo te puede acompañar el cannabis en un tratamiento contra el cáncer y a paliar todos los efectos adversos que traen estas drogas tan fuertes. Hay mucho que informar sobre la cultura cannabica, sobre el consumo responsable y consciente, porque todos lo asocian a una droga y hay muchos usos del cannabis. Yo soy activista cannabica hace más de catorce años. En esos años, cuando conocí el cannabis tuve muchos problemas, además que es una ciudad pequeña y mis letras partieron desde muy chica, en pro del cannabis, donde vi muchos amigos encarcelados por portar uno o dos gramos, y pasaban meses dentro de una cárcel, personas que no eran delincuentes”, expuso la artista.

Ha habido cambios al respecto y ella lo nota, por ejemplo, y por ello, recalca que la gente debería conocer más sobre tratamientos asociados a esta planta. “No es sólo fumarla, que es a lo que más se asocia. Cuando la fumas, activas el efecto psicoactivo y quemas todo lo medicinal; hay muchas maneras de usarlo en forma medicinal y ojalá los medios y el Estado ayuden a que la gente encuentre esta nueva forma de sanación a través de una medicina natural que no es invasiva”, reafirmó Maria Zion, que trabaja como terapeuta cannabica. “He visto padres que llegan con niños completamente empastillados y dicen que no se pueden comunicar con ellos, y cuando empiezan el tratamiento sufren con los comentarios de la misma familia, incluso sus médicos de cabecera les dicen ‘ahí ves tú, que eso es droga’, y ¿las pastillas no las asocian a droga? Y muchos padres me llaman después para agradecerme el tratamiento”, relata.

Finalmente, María Zion volvió su mirada hacia su carrera artística y adelanta que está en búsqueda de un equipo para profesionalizar aún más su trabajo. “Tengo que grabar un disco, que está en creación. Viajo a Santiago para grabar muchas canciones que están ahí. Y viajar, traspasar fronteras, son algunas de mis metas”, finalizó.