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– Mario Oyarzún Mancilla
– Edith Serón Contreras
– María Elisia Alvarado Soto

Centralismo

Por La Prensa Austral Miércoles 26 de Enero del 2022

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  • Se espera que un Presidente que proviene de regiones tenga mayor comprensión de las dinámicas perversas que se dan en los territorios y que, con mayor generosidad, acceda a que se lleve a cabo un proceso efectivo de transferencia de competencias hacia las regiones.   

Sabido es que, ante las emergencias, se requiere de una toma de decisiones oportuna y que haya canales expeditos para disponer de personal, recursos y logística adecuada.

Incendios forestales, desastres naturales -como actividad telúrica, tsunamis, aluviones y/o inundaciones por desbordes de ríos, canales y sistemas lacustres- demandan una rápida movilización de funcionarios de Conaf, Onemi y de las Fuerzas Armadas, entre otros cuerpos que suelen acudir al socorro de la gente y a realizar labores de contención y paliativas.

La propia crisis sanitaria generada por la pandemia del coronavirus también dejó en claro cuán importante es poder contar con autoridades locales bien empoderadas y con cierta autonomía, a fin de que se puedan ir adoptando y adaptando medidas según las exigencias de los eventos y sus particularidades.

Sin embargo, siguen sucediéndose situaciones en que tal toma de decisiones y las consecuentes medidas, como el traslado del personal y de otras resoluciones de contingencia, quedan supeditadas a que desde un despacho de Santiago alguien autorice tal curso de acción.

Esto, en no pocos casos, afecta al rápido cometido, por ejemplo, en contra de un incendio de envergadura, pues se pierden horas que son preciosas para actuar en forma inmediata.

Más allá de las emergencias, esta dinámica se vive o, más bien, se sufre todos los días respecto de la toma de decisiones en diversos ámbitos.

Llevamos décadas hablando de empoderar a las regiones y dotarlas de mayor autonomía. Pero, en rigor, poco hemos avanzado al respecto. ¿De qué hablamos cuando esgrimimos el término descentralización? Se trata, en suma, de traspasar funciones administrativas y transferir competencias desde el nivel central. Es decir, descentralizar se puede entender como la facultad de contribuir al proceso de toma de decisiones en cada región.

Los actuales gobiernos regionales, encabezados por mujeres y hombres electos popularmente, están conscientes de esto y se encuentran articulando un accionar común para solicitar el traspaso efectivo de competencias al nuevo gobierno que encabezará Gabriel Boric, a partir de marzo próximo. Se espera que un Presidente que proviene de regiones tenga mayor comprensión de las dinámicas perversas que se dan en los territorios y que, con mayor generosidad, acceda a que se lleve a cabo un proceso efectivo de transferencia de competencias hacia las regiones.