Carreras nocturnas, un mal sin atajo

I

neficacia es la primera palabra que surge al abordar el problema. Pensando en los recursos que disponen las policías, la municipalidad y otros servicios públicos, también podríamos hablar de ineficiencia.

Pese a que han existido reiterados compromisos públicos, ni la policía ni la municipalidad de Punta Arenas han sabido darle un corte definitivo al divertimiento antisocial que tiene un grupo de jóvenes -y algunos no tanto- de la comunidad: carreras nocturnas con vehículos sin silenciador.

Vecinos de diversos sectores de la ciudad han denunciado esta situación que, en algunos momentos, parece recrudecer.

A veces, surge el cuestionamiento de la real utilidad que prestan, por ejemplo, las cámaras de vigilancia, pese a que tanto desde la policía como del municipio se insiste en pedir o asignar recursos para disponer de un mayor número de estos elementos. ¿Están operativas estas cámaras? ¿Cuesta demasiado su reparación o reposición? ¿Existen funcionarios que 24/7 estén supervisando las pantallas e informando oportunamente al personal de seguridad?

Otra pregunta que puede surgir es qué pasa con las normativas municipales y, como bien advirtió el fiscal Felipe Aguirre, con la persecución de una serie de delitos que están asociados a estas carreras y al uso sin criterio de autos que provocan una tremenda contaminación acústica, dañando la salud física y mental de la gente.

Expendio de alcohol a menores, tráfico y consumo de drogas y uso de patentes falsas o adulteradas son otros delitos que están asociados a estas carreras y que ameritan que los entes vinculados intervengan.

Ante el llamado que realizó el citado fiscal para que las personas denuncien estas carreras -que de clandestinas ya sólo tienen el nombre pues se realizan a vista y paciencia de los vecinos y del personal que debe fiscalizar-, también cabe preguntarse si de algo servirá aquello, pues sabido es que todas las noches hay llamados telefónicos tanto a Carabineros como al personal municipal alertando de éstas y ha existido poca o nula eficiencia para responder en forma oportuna.