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Carreras nocturnas, ¿habrá una solución?

Por La Prensa Austral Miércoles 13 de Diciembre del 2023
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El deambular irrespetuoso de los autos roncadores y las carreras nocturas han sido problemas insolubles en Punta Arenas, que han afectado transversalmente a toda su población. 

La actual gestión alcaldicia no ha sido capaz de, en conjunto con las policías, formular un plan eficaz para controlar este mal que afecta a casi todos los sectores de la ciudad y que inquieta e irrita a los vecinos.

Lamentable es que los jóvenes y no tan jóvenes que conducen estos vehículos roncadores y/o los que participan en carreras nocturnas ni siquiera han considerado las denuncias de muchas familias que han alertado cómo afectan estos ruidos a sus hijos e hijas que padecen alguna condición especial. En ellos, no ha existido una mínima empatía social.

Se han dado muchas razones para no poder controlar esta conducta antisocial, pero, más allá de las limitantes legales y reglamentarias, lo cierto es que ha quedado la sensación de que aquello ha sido más una excusa que una realidad insoslayable.

Por años las jefaturas vinculadas a esta molestosa temática se han comprometido a fiscalizar e iniciar acciones tendientes a restringir esta conducta que expresa un pensamiento hostil hacia la comunidad, al pensar que las leyes y las normas que rigen la convivencia se aplican para los demás, pero no para ellos.

Por ello, llamó positivamente la atención el liderazgo que está buscando asumir e imprimir el delegado presidencial regional en la denominada Mesa de Roncadores y que se expresó en que, tras una última sesión de este grupo transversal, se anunciaron acciones coordinadas para aplacar este problema y para poder aplicar medidas más severas.

Se anunció el aumento de las fiscalizaciones y, junto con ello, que a los infractores se les incautarán los vehículos, quedando éstos retenidos hasta que exista una sentencia del tribunal competente.

Esta conducta muchas veces va aparejada de otras acciones problemáticas e, incluso, delictivas como manejar bajo los efectos del alcohol y las drogas y hacerlo a alta velocidad sin respetar las señalizaciones.

La solución a este problema sólo puede pasar por un plan coordinado y persistente en el tiempo, el cual tiene que considerar medidas ejemplarizadoras. 

Igualmente y como en otras situaciones antisociales, resolver esto también pasará por la educación de nuestros niños, niñas, jóvenes y las familias, ya que muchas veces son los propios padres los que alientan o terminan defendiendo las conductas irrespetuosas, violentas,  deshonestas y delictivas de sus hijos e hijas.