La otra primera línea: las historias de los auxiliares de servicio que apoyan el funcionamiento del hospital

Como un apoyo fundamental a las labores de salud, especialmente en tiempos de pandemia, es considerado el trabajo que con esmero y dedicación despliegan los auxiliares de servicio especialmente los del área hospitalaria. Son 228 trabajadores titulares (planta) y 128 funcionarios a contrata, que desarrollan la misma importante labor, pero con menos estabilidad laboral. 

“Entregamos un reconocimiento a la labor que realizan que no es la más grata, pero que ellos hacen con cariño y profesionalismo. Ellos son el apoyo en los servicios, trabajan en el confort y el traslado de pacientes. Tenemos diferentes servicios de apoyo, desde movilización, servicios clínicos, alimentación, laboratorio, lavandería y esterilización que son servicios fundamentales en el hospital”, subraya la presidenta de la Federación Nacional de Trabajadores de la Salud en Magallanes, Alicia Poblete, en una de las actividades que realizó el estamento como parte de la conmemoración del Día del Auxiliar de Servicio.

Hace más de 33 años que Alejandro Silva Silva (58) es auxiliar de servicio. En sus comienzos pasó por siquiatría, movilización, servicios generales y actualmente en pabellón donde lleva más de 20 años. “La rutina en pabellón es muy diversa, todos los días tenemos diferentes labores y realidades, se ven diferentes cosas. Trabajamos con cirujanos y aprendemos harto, siento que somos privilegiados en el estamento, junto con quienes trabajan en servicios de especialidad”, destaca.

Le gusta estar activo y hacer muchas cosas. Y pabellón se presta para eso, porque todos los días hay diferentes casos y distintos pacientes. “Los pacientes llegan con miedo, vienen vulnerables, somos casi la primera persona que los recibe y buscamos calmarlos para enfrentar la cirugía”, relata Alejandro con cariño, siendo este uno de los aspectos que más rescata de ser un auxiliar de servicio. 

María Engracia Velásquez Ovando (53) lleva 20 años vinculada al hospital, aunque primero perteneció a la empresa Sodexo, siendo luego contratada como auxiliar de apoyo. “Mi tarea es un poco diferente porque trabajo en el Servicio de Psiquiatría con usuarios infanto-adolescente, donde a veces hay complicaciones, porque son ingresados por orden judicial. Pero me gusta mi trabajo, me permite interactuar con ellos, darle un consejo que de pronto lo toman y a veces no, por lo que uno queda satisfecho con la labor que realiza, y uno debe ser optimista y no perder la esperanza. Doy fe de que hay chicos buenos que han salido adelante”, confiesa.

Su jornada de trabajo comienza desde muy temprano, a ella le gusta así y todos los días hay cosas nuevas, no cabe la rutina en este estamento. “Yo no cambiaría esto por nada, me encanta trabajar con adolescentes y me quedo con ellos”, admite.

De la misma manera, María Elena Przygodda Guichapane (61) se muestra orgullosa de ser auxiliar de servicio. Ha estado por 26 años ligada hospital y acaba de ser reconocida por años de servicio. “Soy feliz con mi trabajo, lo que más quiero es ayudar y atender a los pacientes. Esa es mi vida”, reconoce.

También comienza su labor muy temprano. “Yo trabajo en el cuarto piso y en su mayoría son pacientes con dependencia severa y en general adultos mayores”, sostiene con cariño. Y, es que con la atención diaria es imposible no crear hábitos. Ella recuerda sus primeros pasos y del hospital antiguo manifiesta que era más familiar, pero piensa que el cambio al flamante recinto asistencial fue bueno.

“Siempre trato bien a los pacientes y ellos también se encariñan contigo y lo notas, porque te saludan y te regalonean. Para mí lo que más rescato es la convivencia con ellos”, subraya María Elena. Por último, señala que estos dos años de pandemia han sido complejos, estuvo enferma y conectada a ventilación mecánica.