Directora de WCS en Chile no comparte visión de Conaf sobre turbera afectada
“No pudimos pasar al sector donde estaba el incendio, pero yo lo vi en unas noticias y en las fotografías que ellos mismos compartieron, entonces no era que estábamos hablando ‘cabezas de pescado’, porque las turberas se quemaron de modo superficial, que es donde captan gran parte del agua que tienen en su interior. Algo se afectó y ese material vegetal de la parte superficial también va a demorar en volver a crecer y el ciclo hídrico también va a estar medio tocado con este incendio”, resumió la representante en Magallanes de la Wildlife Conservation Society (WCS) y administradora del Parque Natural Karukinka de Tierra del Fuego, Daniela Droguett.
La conservacionista se refirió con ello a las declaraciones del jefe zonal de la Conaf, Mauricio Véjar, quien explicó que el siniestro forestal que consumió gran parte de las 1.600 hectáreas afectadas en la comuna de Timaukel hace un par de semanas, no había dañado la turbera del área, porque ésta estaba saturada de agua. “Claramente el paisaje es súper desolador y aparte, la mezcla entre la faena de la Forestal Russfin y del mismo incendio ofrecen un panorama bien terrible, muy catastrófico”, acentuó.
Para Droguett, el tema aflige a los magallánicos por estar acostumbrados a ver un bosque bastante denso, con harto matorral, que es lo típico de la foresta nativa, lo que por el incendio en el Lote 4 de Teraike, se perdió.
“Quedaron árboles parados, que por suerte no les llegó el incendio, pero esos árboles, si no tienen la protección del resto como una comunidad, se van a caer en algún momento y entonces se va a transformar en un ‘peladero’ más, a no ser que estén bien agarrados a las raíces, que normalmente son superficiales, pero con el viento fuerte que ha habido estos días, van a caer”, apuntó.
¿Se podrá reforestar lo quemado?
“Yo creo que sí, ahí hay que ver cuál va a ser la mirada e intención que tiene la Forestal Russfin, porque eso también es un predio privado. Habría que empujar a que se pueda hacer reforestación para recuperar también esa masa vegetal que se perdió”. Respecto a la responsabilidad que puede tener la empresa maderera (subsidiaria de la nacional Arauco CMPC), Daniela cree que estuvieron desde el primer día, incluso en un foco anterior que fue divisado, trabajando para combatir el incendio.
“Acá hay responsabilidades humanas, pero no sabemos si es de la Forestal o de otras personas que deambulan por el sector, ya que ahí se mete mucha gente de forma ilegal a cazar chanchos salvajes, a buscar vacas. Entonces, no apuntaría directa ni tan rápidamente a la Forestal en ese sentido y ellos trabajaron contra el fuego. Ahí tenían sus planes de manejo y todo, no sé si corresponde que les apliquen una multa. Tenían lo típico de una explotación forestal, que son pilas de madera arrumbada y que se ocupa”.
Parque Karukinka
“Por ahora esperamos que siga así, ya que el Parque Karukinka no se afectó en nada. Todo depende mucho de estos vientos, porque una nunca sabe qué es lo que puede pasar y podría rebrotar el fuego, ahí está el ojo de estar atento de qué está pasando. Ojalá haya más lluvia que viento, lo que ayudaría a bajar la temperatura del lugar”, avizoró la directora de WCS.
Detalló que el Parque Karukinka tiene casi 300 mil hectáreas de bosque nativo fueguino y turberas, para el que existe un equipo en terreno de 8 personas que cumplen roles moviéndose por distintas áreas, monitoreando y viendo que todo funcione.
Con relación a las críticas que recibió WCS por no disponer de brigadas contra incendios en una extensión tan amplia y de tanta fragilidad, Droguett aseguró que los guardaparques están instruidos en temas de fuego y prevención, lo que forma parte de su capacidad de monitorear. “Pero por ahora no tenemos una brigada, camiones y todo lo que se necesita como para mitigar un incendio, porque además el territorio es súper complejo como para que sólo una brigada de WCS pudiera hacerse cargo de un incendio de esta envergadura”.
“Es lo mismo que le pasó a la Forestal Russfin, que tenía camiones, tenía brigada, pero se necesitaba la ayuda de algo más que lo que uno podría tener humildemente. Eso es complicado, pero sí tenemos un convenio de colaboración activo con Conaf, donde incluso cuando las brigadas no tenían dónde alojar se quedaban en el parque. Después lograron albergue del municipio de Timaukel”.
“Ahí armamos un plan de incendio y estamos en el verano constantemente comunicados y apoyando en lo que se necesita. Incluso en sus recorridos por el camino de uso público (costero), que va hasta el seno Almirantazgo, junto con Carabineros y Conaf, vemos siempre los focos de fogatas de la gente que llega de visita y se instala en cualquier parte y eso, en algún momento, puede ser muy complejo”, agregó.
Crece el turismo
Un tema recurrente, recordó Daniel Droguett, en la inmensa comuna de Timaukel, ya que las fogatas se ven en zonas de pesca deportiva y en prácticamente cualquier zona de bosque, con poca cultura de cómo encender el fuego en esos sectores, en vez de usar cocinilla. “En el parque tenemos lugares habilitados para que la gente pueda preparar sus alimentos y alojarse, también en lago Blanco hay espacios donde la gente pueda hacer fuego en forma contenida”.
“Es un tema que venimos diciendo hace tiempo y el turismo año a año va creciendo, por eso con los colegios hemos tenido algunos proyectos de educación ambiental, incluso de Porvenir, lo que depende de los fondos que se vayan recolectando, pero está la llamada de alerta siempre para evitar que esto pase. Porque ahora fueron pocas hectáreas y por suerte se pudo relativamente controlar, pero un incendio más abajo y más adentro del bosque, no lo vamos a parar fácilmente porque no hay caminos, no hay accesos y eso complicaría todo”, finalizó advirtiendo.