Mario Garay: “Las escuelas municipales hacen que sean hoy poco deseables para los padres y apoderados”
Plantea que no se ha logrado distribuir equitativamente a los estudiantes más vulnerables.
En un trabajo que data desde 2017, el doctor Mario Garay, actual director de Docencia de la Universidad de Magallanes, examina el funcionamiento del Sistema de Admisión inserto en la Ley de Inclusión Escolar que busca bajar los niveles de segregación en el sistema educativo de nuestro país.
A partir de 2016, se implementaron una serie de modificaciones a la forma en cómo se postula y accede a establecimientos financiados por el Estado.
Garay compartió esta semana parte de las conclusiones que arrojó su trabajo junto a otros colegas, en el marco del seminario acerca de segregación escolar, el que también contó con la visita del destacado especialista belga en Educación, doctor Vincent Dupriez.
Plantea que más o menos la mitad de los postulantes queda en su primera preferencia y un 75% en una de las tres primeras. Sin embargo, sostiene que su implementación ha generado muchas dudas y tensiones en los principales actores del sistema. “Por un lado, los apoderados sienten ansiedad porque ingresar a un establecimiento determinado ya “no depende de ellos”.
Frente a ello, el académico afirma que “no obstante, ambos fenómenos, son parte de un problema previo al Sistema de Admisión Escolar: la oferta pública que se considera de calidad, es reducida y segregada; por tanto, tiene una alta concentración de demanda en pocos establecimientos”. En ese sentido, una de sus principales conclusiones es que, a pesar de los esfuerzos, la política no ha tenido el impacto deseado y el sistema continúa segregado, es decir, continúan existiendo los establecimientos altamente deseados y aquellos que no convocan el interés de las familias. Añade, entonces, que el primer análisis es que “no ha logrado distribuir equitativamente o a colegios más deseables a los estudiantes más vulnerables”, subraya un comunicado.
Consultado si pese al avance, se siguen manteniendo las brechas, responde que en parte sí, y ahí sería importante retomar la ubicación geográfica como otro factor, o a lo mejor también pasar de un 15% de estudiantes vulnerables por curso, a un 25% o 20% paulatinamente. Pero lo de fondo, remarca, es que no ha habido una preocupación real del Estado de mejorar la educación pública. “Esto hace, a la postre, que las escuelas municipales sean hoy día poco deseables para los padres y apoderados. Y por otro lado, nos preguntamos, derechamente, ¿cómo romper la segregación? pero es algo más complejo aún porque la segregación también está en la cultura de la comunidad. Vemos, en la práctica, por ejemplo, que la clase media es bastante segregadora, no quiere estar con los municipales y dependiendo del nivel socioeconómico de esa clase media tampoco quiere estar con la media o media baja, por eso es que emigran a los particulares”.