Urgencias legislativas

Carlos Contreras Quintana
Abogado

Apenas se ha cumplido un mes desde que asumió la nueva administración y, como tantas veces he señalado, nada nuevo bajo el sol, por lo menos desde la perspectiva del actuar político de partidos políticos y de los parlamentarios, quienes siguen en discusiones y ejercicios retóricos que tienen por único objeto despreciar a la autoridad Ejecutiva de turno, hacer ver sus errores y dar cuenta de su poca experiencia en los cargos.

Sin perjuicio del tema que os propongo, me parece necesario destacar que nadie está preparado para asumir la primera magistratura del país, ni los cargos ministeriales, ni los cargos de confianza regional, léase delegados y secretarios regionales ministeriales, así que es del todo intrascendente la discusión acerca de una eventual preparación o escasa preparación de quienes asumen en estas tareas. Distinto es que se deben desempeñar esos cargos con prudencia, humildad, sentido común y mucha cautela sin perder la convicción de modo alguno.

En cuanto a lo que parece vital para el futuro patrio y más allá de la carta de navegación del Presidente de la República, me parece que existen algunos asuntos urgentes para el futuro inmediato de nuestro país.

La reforma tributaria. No hay gestión sin recursos, pero tampoco hay desarrollo sin privados y, por lo tanto, es vital que la reforma transite por el justo camino de la necesidad social con la generación de reglas claras para los empresarios. Claro, el asunto es complejo, pero no se trata que un sector deba servir al otro, se trata de que una reforma tributaria asegure una recaudación que permita, no solo la gestión social, si no que las condiciones de tranquilidad, seguridad y certeza que el ejercicio de las actividades privadas, gravadas normalmente por los tributos, no tendrá cambios en las reglas del juego en un lapso de tiempo razonable.    

Leyes de desarrollo regional. No me canso de señalar que las regiones no requieren leyes de excepción, sino que requieren de leyes de desarrollo que se relacionen directamente con las potencialidades y debilidades locales, que en el ámbito productivo generen mejores condiciones para las actividades económicas predominantes y que en el ámbito social permitan la intervención de una mano estatal cálida y pertinente en la atención de la población más desvalida en lo social y económico. Lo importante de este concepto es que permite una alta e importante participación de actores locales, sin los cuales no es posible pensar el futuro de una zona geográfica y, en razón de lo señalado un alto contenido democrático en su generación.

Reforma al sistema de pensiones. No hay futuro sin pensiones y es evidente que el actual sistema no permite avanzar en un sistema justo a futuro; si a lo señalado agregamos que muchos chilenos y chilenas, consecuencia de los retiros, no cuentan con fondos previsionales, es una tarea ineludible y urgente del gobierno comenzar la gestión de una reforma que de algo de justicia y seguridad a nuestros chilenos mayores después de una vida de trabajo.

Orden público. No confundir con medidas de represión, pero es fundamental que se adopten nuevas y necesarias medidas en materia de orden público en el ejercicio del derechos de reunión y protesta, pues todos condenan la violencia, pero nadie se atreve de verdad a establecer mecanismos que permitan asegurar el derecho a la reunión, a la marcha, a la disidencia castigando a quienes, a propósito del ejercicio de esos derechos, cometen delitos que requieren un tratamiento especial, pues de lo contrario se legitima la violencia y se invisibiliza a las víctimas de estos desórdenes que pierden su fuente laboral, que son agredidas o que, simplemente, pierden su negocio. Es importante una reforma conjunta a las fuerzas de orden, esto es Carabineros, pues de lo contrario se seguirá estimando que sólo existen víctimas de la represión.