Universidad, un espacio libre de violencia
– Frente la “toma” de la casa central de la Umag y las denuncias ventiladas públicamente por los grupos feministas que optaron por tal vía, es cuestionable la demora de esta entidad en resolver los casos, así como las medidas sancionatorias aplicadas.
Las universidades y planteles de estudios superiores están llamados a construir espacios y comunidades libres de violencia de género y de toda vulneración de derechos.
Esta construcción debe ser liderada por las rectorías y cada comunidad educativa tiene que darse una institucionalidad interna que permita recibir denuncias, investigar casos y aplicar sanciones cuando sea necesario. Todo ello con un adecuado acompañamiento y contención a las víctimas.
Además, cuando las denuncias sean confirmadas y se identifique a el o los culpables, las sanciones deben ser proporcionales al delito y ofensa.
Ninguna casa de estudios superiores está libre de que se registren situaciones que lesionen la convivencia interna, pero se requiere una rápida y oportuna acción y la aplicación estricta de los protocolos internos.
Frente la “toma” de la casa central de la Umag y las denuncias ventiladas públicamente por los grupos feministas que optaron por tal vía, es cuestionable la demora de esta entidad en resolver los casos, así como las medidas sancionatorias aplicadas.
Ello queda de manifiesto no sólo en las palabras de las estudiantes, sino en el pronunciamiento que formuló ayer la Asociación Regional de Académicos y Académicas de la Umag, entidad que lamentó que los hechos que denuncian las alumnas no hayan seguido los protocolos establecidos en la normativa vigente.
De igual forma parece atendible lo expuesto por esta asociación, que instó a quienes incumplen tal normativa de convivencia universitaria a asumir las consecuencias que esto implica, a fin de que no se generalicen situaciones individuales en torno a la temática de la vulneración de derechos, pues ello termina enlodando a todos los docentes y funcionarios de la Umag.