“Sería súper bueno tener un centro deportivo, un polideportivo, gimnasio o lugar donde se pudiesen practicar deportes y realizar torneos”

A la altura de los grandes del deporte chileno, Tomás González Sepúlveda hizo que la gimnasia captara la atención nacional desde su irrupción en los Juegos Odesur de 2002. Desde entonces, cosechó medallas y reconocimientos, luciendo la bandera nacional en dos Juegos Olímpicos (Londres 2012, donde obtuvo el cuarto lugar en suelo y salto), además de juegos Panamericanos y copas mundiales. Aunque oficialmente no está retirado, sí dejará de participar en eventos de manera competitiva. A sus 36 años, su enfoque va en transmitir todo su conocimiento y experiencia a los niños y jóvenes.

Con ese objetivo llegó ayer a Punta Arenas, en su primera visita formal, ya que recuerda que hace unos años vino a grabar un comercial al glaciar Grey, pero que sólo estuvo de paso. Ahora será diferente, porque tendrá contacto con los deportistas locales a través de una charla motivacional que se realizará hoy, a las 15 horas, en el Centro Cultural “Claudio Paredes Chamorro” y que será abierta a la comunidad. Posteriormente, González encabezará dos clínicas deportivas en la Universidad de Magallanes, destinada para los gimnastas de los clubes Degipa y Umag.

“Ya estoy dejando la alta competencia y el tema de las charlas motivacionales partió después de Londres 2012, me empezaron a contactar de empresas y como seguí compitiendo, no tenía mucho tiempo, y a veces podía y otras no. Ahora que estoy con más tiempo logré venir. Hoy (ayer) estuve con el alcalde, que me dijo que tenía la idea de organizar un campeonato de gimnasia a fin de año, así que vamos a trabajar en eso, a ver si se logra armar un campeonato formativo”, adelantó.

Reconoce que para él, compartir su experiencia es muy gratificante, “no sólo ver lo que he logrado a nivel personal y para el país, sino que también cómo puede servir a muchas personas como inspiración y que se pueden lograr muchas cosas, pero claro, con mucho trabajo detrás”. Lo dice alguien que desde los 4 años comenzó a entrenar y hacer muchos sacrificios para llegar al más alto nivel. “Es un deporte muy exigente, en que uno tiene que partir con muchas horas de entrenamiento en etapas muy tempranas, con hartas sesiones, viajes y dejar de lado muchas actividades de vida social, entonces fue difícil, porque antes no había mucho apoyo, pero finalmente logré llegar a Juegos Olímpicos, finales, mundiales, medallas y ahí uno se da cuenta, pero en el camino me tocó aprender muchas cosas, buenas y malas”.

Aparte de lo netamente técnico, el testimonio que entregará Tomás González tendrá un énfasis en lo mental, “de crecer junto al deporte, con todas sus herramientas que te da, saber manejar la frustración, el estrés, saber planificarse y que todas estas herramientas al final sirven para toda la vida, no sólo para el deporte, y por supuesto, siempre de la mano con una vida saludable”.

En esa línea, recalca que “siempre trato que entiendan que las medallas no son lo importante, sino que también hay logros personales y que aprovechen esa juventud, de poder crecer junto al deporte, no sólo por los beneficios fisiológicos, sino que también de adquirir hábitos saludables, conocer gente, trabajar en equipo y todo lo relacionado a la práctica deportiva, que es súper enriquecedor”.

Esos hábitos saludables que menciona son muy importantes en esta región, que tiene los niveles de obesidad infantil más altos del país. “Claramente hay que hacer algo, y este tipo de actividades que haremos en Punta Arenas van sumando para generar mayor interés en los chicos, pero en la gente en general, de poder practicar alguna actividad deportiva, y sería súper importante para combatir la obesidad y sacar a los chicos de las tablets, celulares y que tengan más contacto con otras personas”.

Mentalidad deportiva

Un mensaje que puede ser muy provechoso para los deportistas locales, debido al constante “bombardeo” social de mensajes en que lo único que tiene valor es el éxito, “sobre todo en esta sociedad, que es muy exigente, especialmente en Chile que somos bien chaqueteros y que puede ser difícil de manejar, como es el tema de las frustraciones o generarse muchas expectativas antes de tiempo. Yo trato de generar un poquito de conciencia de que todo está dentro de un proceso, que hay que ir de menos a más, y que una buena planificación es la clave, pero que lo importante es siempre ir quemando etapas, uno no puede pretender ir de cero a cien y en el camino pueden surgir problemas, y uno tiene que replanificar, cambiar y para eso hay que ser lo suficientemente humilde como para autoevaluarse”.

González debió lidiar con esas presiones, sobre todo cuando representaba a Chile a nivel internacional. “Como no tuve mucho apoyo, estaba esta presión que si viajaba a un Sudamericano, si no traía una medalla, era difícil poder conseguir financiamiento para otro evento. En mi caso, logré aprender con el tiempo tomar a favor esta presión y exigirme más, pero no es fácil, eso uno lo va adquiriendo con la experiencia”.

Políticas deportivas

En los últimos años, Tomás González fue combinando la práctica deportiva con lo dirigencial. Fue presidente de la Federación de Gimnasia, de 2016 a 2021, por lo que pudo tener un panorama más amplio de la actividad. “En 2016 el ex presidente del Comité Olímpico, Neven Ilic, que actualmente es presidente de Panam Sports para toda América, me pidió organizar la federación, que venía con un historial de muchos problemas y para mí fue muy desafiante, porque nunca pretendí llegar como presidente a una federación, pero lo vi como una forma de seguir colaborando con el deporte, me comprometí a ordenar la estructura interna de la federación y fueron años muy enriquecedores en lo personal. En lo personal, hicimos un buen trabajo, dejamos una federación muy ordenada y una estructura definida”.

Sin embargo, no quiso continuar en aquel camino, por lo que fue encontrando en él, “mucha gente que, no sé si la palabra es egoísmo, pero que no es muy profesional. Pero dejé una base para poder seguir construyendo o mejorando, pero ya no depende de mí lo que vaya a suceder. También yo tengo clara mi ética y hay cosas que no dejo pasar, por eso preferí dejar ordenado, dar un paso al costado y seguir enfocado en mi escuela y las charlas”.

Lo que falta

En este camino directivo, sumado a su experiencia personal, el mejor gimnasta de la historia de Chile manifiesta que talentos hay, pero que “falta una estructura nacional, hablando del alto rendimiento, porque ya en masividad, hoy en día, después de mis finales olímpicas se dio a conocer la gimnasia, se abrieron muchas escuelas, pero si queremos proyectar eso a resultados en el alto rendimiento, debe haber un sistema a nivel nacional, que se desprende desde la federación, pero que tiene que ir con un apoyo del ministerio, sin recursos, no se puede llevar a cabo”.

En cuanto a infraestructura, reconoció que tras la conversación con el alcalde Radonich “sería súper bueno tener un centro deportivo, un polideportivo, gimnasio o lugar donde se pudiesen practicar deportes y realizar torneos, para ir fomentando la práctica deportiva, si al final, en lo personal, yo partí este sueño de llegar a los Juegos Olímpicos viéndolos por la televisión, es como un círculo que uno tiene que ir alimentando, la práctica deportiva, los hábitos saludables, consumir deporte, participando y eso ayudaría mucho acá”.

Por eso, Tomás González está muy esperanzado en los Panamericanos de Santiago 2023. “Ese va a ser un impulso importante, habrá mucho interés y miles de niños que verán las distintas disciplinas. Yo no voy a participar, lo veo muy lejano, porque veo que ya siento que cumplí todas las metas que me propuse, pasan los años y uno va acumulando lesiones que hacen difícil para mí mantener un nivel que es bastante exigente”, evaluó González, que prefiere seguir enfocado en su escuela de gimnasia, “donde nos enfocamos a formar personas a través del deporte. Llevamos cinco años y la pandemia nos pegó fuerte, pero ya estamos retomando los entrenamientos”, finalizó el destacado deportista nacional.