Nueva tragedia en el mar

• Es importante abordar las consecuencias de un accidente de esta naturaleza. Estas tienen que ver con la indefensión en que quedan las familias sobrevivientes, ya sea por la falta de previsión o por la carencia de seguros que cubran, como mínimo, los gastos más inmediatos que se originan, incluida la subsistencia.

La reciente tragedia ocurrida en el estrecho Nelson, en la provincia de Ultima Esperanza, con un naufragio de una embarcación menor y desaparición de dos pescadores artesanales, uno de los cuales sigue sin ser localizado, repone en la discusión el tema de la seguridad y la indefensión en que quedan las familias de las víctimas.

El 19 de julio pasado, tres pescadores viajaban a la faena del erizo -al norte de Puerto Natales- cuando una racha de viento volcó la lancha a motor Chrisna en la que viajaban. Sólo logró sobrevivir a nado el trabajador José Luis Mancilla Jipoulou, mientras sus otros dos compañeros desaparecieron en el mar. A la fecha sólo ha sido rescatado el cuerpo de Hugo Núñez, mientras que César Soto no ha sido encontrado.

Esta emergencia deja en evidencia que no se cumplieron los procedimientos de seguridad establecidos por la autoridad marítima, antes condiciones de viento y de mar que deben adoptar embarcaciones pequeñas.

Como en cada accidente marítimo, hubo un componente de falla humana que se reitera en estos hechos.

También son importantes de abordar las consecuencias. Estas tienen que ver con la indefensión en que quedan las familias sobrevivientes, ya sea por la falta de previsión o por la carencia de seguros que cubran, como mínimo, los gastos más inmediatos que se originan, incluida la subsistencia.

Los pescadores artesanales no son clientes asegurables para las compañías. El tema de fondo es el de la previsión. Pese a que la normativa vigente abre la posibilidad de imposiciones como trabajador independiente, los pescadores no se preocupan de esta posibilidad. En consecuencia, el fallecimiento deja sin ningún tipo de sustento a la familia.

En este contexto, las viudas de trabajadores del mar vienen reclamando ante los poderes Ejecutivo y Legislativo una pensión de sobrevivencia, al tiempo que piden aceleración de la declaración de muerte presunta de sus maridos, lo que es fundamental para cerrar una etapa del duelo y para realizar sus trámites jurídicos.

Son los riesgos a que se exponen los pescadores cuando salen al mar en busca del sustento familiar, los que ante la ocurrencia de una tragedia, no hay un sistema de protección social, quedando en consecuencia sus viudas e hijos en el más absoluto desamparo.