Manuel García se reencontró con los magallánicos con un concierto cargado de símbolos
Repleto estaba el gimnasio de la Confederación Deportiva de Punta Arenas para recibir al popular cantante y compositor nacional Manuel García, que ofreció una presentación que se extendió por poco más de una hora y media. Solamente acompañado en piano por Carmen Paz “Kuky” González, García inició su concierto con “El caminante”, para continuar con “Hablar de ti”, “Témpera”, “Barcos de cristal” y “La aguja” en la que fue una representación de su faceta de trovador. Hubo reconocimientos y homenajes a la memoria de Víctor Jara, Violeta Parra y el pueblo mapuche, ya sea cantando, tocando el kultrún o con alguna vestimenta alusiva.
Su puesta en escena fue íntima, donde el momento más emotivo fue la interpretación de “Medusa”, en la que lució un sombrero mexicano y flores, para finalizar en una suerte de plaza, donde sentado en una banca y con un poncho, cantó “La danza”, junto a una mesa en la que se apreciaban flores, retratos y una copia de la propuesta de nueva Constitución. Con este tema cerró la primera parte del show, tras lo cual los animadores lo premiaron con el Ovejero y el Ñandú.
El bis lo tuvo luciendo una polera con la imagen de Víctor Jara, con la que cantó tres temas más: “Corazón de escarcha”, “El viejo comunista” y “Arauco tiene una pena”.
En un caótico punto de prensa, que se desarrolló mientras se presentaba la cantante regional Cony Saá, García intentó explicar sus sensaciones tras volver a reencontrarse con los magallánicos.
“Es un momento social en Chile donde la música suma también el amor de la comunidad, sobre todo sentir en Magallanes el compromiso con sus artistas y que es un mensaje para las generaciones futuras”, partió expresando el artista, que también reflexionó respecto a las enseñanzas que dejaron los años de pandemia. “Creo que hay cosas que hemos aprendido en este proceso humano, de entender que somos frágiles, que el tiempo que vivimos con nuestras familias, que lo que nosotros aportamos con nuestra cultura es fundamental es único. Esta pandemia nos enseñó que no hay nadie que no sea vulnerable y que la especie humana, si no se cuida, si no se abraza a sí misma y no aprendemos a querernos a nosotros mismos, no iremos a ninguna parte. Aprender a valorar a tantos viejos y viejas que perdimos y que esa experiencia sea recogida por niños y niñas para que seamos mejores”.
Obviamente, por su compromiso social que siempre ha manifestado, Manuel García tuvo palabras para la contingencia actual, con un Plebiscito ad portas y justo cuando la relación del Estado con el pueblo mapuche vive uno de sus momentos más conflictivos. “Estamos en momentos delicados, sabemos que necesitamos reflexionar, respetarnos entre todos y todas y pensar en qué es lo que está sucediendo detrás de esta bambalina comunicacional, donde otras cosas ocurren, como entender cuál es y qué sucede en torno a Héctor Llaitul y cómo es que cada uno va a reaccionar, se va a comportar y va a respetar la decisión que finalmente el 4 de septiembre nos convoca a todos y todas como pueblo. Tenemos que pensar que los procesos sociales y políticos son para ponerse de acuerdo, no en desacuerdo, y que todos y todas cabemos. Y vuelvo a insistir que la palabra amor es muy importante, y más allá de lo que signifique la investigación directa de lo que es hoy día la problemática mapuche, que no solamente es conflicto y la tensión violenta, sino que también el decir de un pueblo que va a tener la posibilidad de tener escaños reservados y tener opinión de una tierra que es suya, que le pertenece y que ven como una nación también, propia de su derecho, bueno, también, abrazarnos, convocarnos y estar cerca de todo lo que está viviendo un pueblo que ha sufrido muchísimo y tenemos una deuda histórica nosotros como huincas o chilenos”.