“Esperamos que se cumpla la normativa desde el inicio para que el desarrollo realmente esté acorde al ecosistema de la Patagonia”
Como una bomba de hidrógeno cayó en los sectores productivos la decisión de las empresas Hif Chile y Enel Green Power Chile (EGP Chile) de retirar del Sistema de Evaluación Ambiental el estudio del proyecto eólico Faro del Sur, tras la serie de observaciones que distintas entidades hicieron ante la iniciativa. De inmediato surgieron las voces que cuestionaban estos procesos, acusando de frenar el desarrollo de la región, la generación de empleo, y que este tipo de trabas podrían suponer el fracaso de una industria que llega para traer prosperidad a Magallanes. Una de las voces más críticas fue la del diputado Christian Matheson, que emplazó directamente al Presidente Gabriel Boric a definir su postura entre prohibir todo tipo de emprendimientos o ser razonable y abogar por el desarrollo.
La seremi de Medio Ambiente, Daniela Droguett recalcó que no están por el fracaso de estos proyectos, pero que sí deben hacerse con los estudios que correspondan, y evitar consecuencias nefastas, sobre todo porque el informe entregado a las empresas hay once observaciones y omisiones identificadas.
“Hubo una revisión exhaustiva, como la que se hace con cualquier otro proyecto y que son observaciones públicas, de servicios como Conaf, Sernatur, Ministerio de Obras Públicas, Transportes, y así evitamos que haya problemas adicionales una vez que se instale la empresa con el proyecto que quiera desarrollar”.
Es por eso que ante la acusación de Matheson de que estas observaciones buscan el fracaso de la industria, la seremi de Medio Ambiente insistió: “Todo lo contrario, lo que buscamos es que se desarrolle y que haya trabajo, aunque eso es algo que tampoco se tiene claro con la industria del hidrógeno verde, no se sabe cuántas personas van a tener trabajo y depender realmente de esta industria. La mayoría de todo lo que se produzca y se extraiga de la región está destinada a irse a mejorar la matriz energética de otros países, y en ese sentido estamos empujando y cambiando algunas cosas de la hoja de ruta que traía el hidrógeno verde, porque sí queremos que se desarrolle, pero de buena manera. Y si esto no sucede, los proyectos terminan por caerse por sí solos”.
Droguett sostiene que ante proyectos multimillonarios como estos, “creemos que tiene que estar a la altura de la parte ambiental. Las medidas de mitigación y conservación que están propuestas están subestimadas para lo que significa, por ejemplo, especies tan vulnerables como el canquén colorado o el chorlo de Magallanes. Tenemos estos aerogeneradores que no están conectados a ningún tipo de receptor de energía o algún poste; hay una carencia de información que no nos permite evaluar ecosistemáticamente el proyecto”, apuntó la seremi, quien complementó sus aprensiones indicando que “esperamos que se cumpla la normativa desde el inicio, para que el desarrollo realmente esté acorde al ecosistema de la Patagonia. Este proyecto ni siquiera alcanzó a tener una participación ciudadana”.