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Se entregará el 31 de diciembre

Obispo llegó con sorpresa a misa de los Cevas: les otorgó Premio por la Paz

Domingo 18 de Diciembre del 2022

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Los Cevas se encuentran realizando su Encuentro Nacional de Coordinadores y, dentro de esas actividades, se encontraba una misa en la parroquia Fátima. Hasta ahí, nadie sospechaba la sorpresa con la que iba a aparecer el obispo Oscar Blanco, quien, al término de la eucaristía, comunicó que los Cevas fueron distinguidos este año con el Premio por la Paz, que otorga cada año el obispado y que se entrega en la misa del 31 de diciembre, en concordancia con el mensaje del Papa Francisco para 2023: “Nadie puede salvarse solo. Recomenzar desde el Covid-19 para trazar juntos caminos de paz”.

Obviamente hubo múltiples muestras de felicidad, sobre todo de parte de los anfitriones de este encuentro, que continúan el legado de los sacerdotes Alejandro Goic y Hugo Cornelissen, que hace cincuenta años formaron los Centros de Vacaciones, que se preparan para su nueva edición, a partir del 3 de enero.

La coordinadora de Cevas Magallanes, Cecilia Gómez expresó su “emoción, gratitud hacia la diócesis, hacia la experiencia en sí, porque acompañamos a los jóvenes monitores para hacer un servicio a los niños, siempre con el centro a Jesús, somos una experiencia que nace en la diócesis de Magallanes y que hemos cultivado por casi 52 años. Este premio es para los niños, los jóvenes, sus familias, los hermanos sacerdotes y hermanas religiosas, los diáconos y el pastor que nos acompaña; y por años nos seguimos manteniendo como una experiencia que va en beneficio de una comunidad entera”.

El obispo Oscar Blanco destacó el trabajo de los Cevas, que ha aprendido a valorar en estos tres meses que lleva a cargo de la diócesis. “Creemos que como jóvenes han sido un aporte a la paz y la justicia social. Vine a conocerlos acá y es una actividad admirable, sobre todo porque está centrada en los jóvenes, ellos la organizan y eso tiene mayor mérito. Han perseverado por cincuenta años, gracias a la inspiración de dos sacerdotes, que fueron los que iniciaron en 1971 esa experiencia y animaron a un grupo de jóvenes que dedica tiempo, tanto en el verano como en el invierno a entretener, llevar alegría y esperanza a los niños más vulnerables de la región”.

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