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El “¿qué mirás bobo?” de Messi está tallado desde hace 450 años en el techo de un monasterio español: la historia detrás del misterio

Viernes 23 de Diciembre del 2022

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Lionel Messi le dijo “¿qué mirás, bobo?” a Wout Weghorst el 9 de diciembre de 2022 y, pronto, la pregunta que llevaba un insulto y un trasfondo se convirtió en meme, en remera, en tatuaje, en bandera. Argentina venía de superar por penales a Países Bajos en cuartos de final del Mundial de Qatar luego de haber estado 2 a 0 arriba y tras un gol agónico del mismo delantero neerlandés al que Messi le cuestionó, en sala mixta, en la antesala del vestuario, su improcedencia. Ese exabrupto, expresado en un estado de desborde emocional y sin advertir -tal vez- la presencia de un micrófono de televisión, fue replicado en todo el mundo.

La violencia de esa frase y la extrañeza de que su autor haya sido Messi -una estrella mundial que ha estado quince años en la élite haciendo gala de un comportamiento intachable en su vida pública y privada- llegaron hasta un edificio religioso que integra la ruta del Camino de Santiago, el plan de evangelización que consistió en la construcción de monasterios y posadas para alimentar los credos cristianos ante la invasión árabe durante la Edad Media.

450 años atrás

La frase de Messi tiene una curiosa semblanza histórica. Una ligación que lo ata a 450 años atrás. El Monasterio de San Julián de Samos es una de las visitas más magistrales del itinerario. El río Sarria moja sus muros ubicados en el extremo norte de la capital del municipio Samos, al sureste de la provincia de Lugo, en el noroeste de España. Es el monasterio habitado más antiguo del país, “lugar santo y venerabilísimo”, según la propia percepción de la Abadía, cuyos monjes son benedictinos.

“Las modalidades estéticas que observamos en la bóveda de este claustro concuerdan perfectamente con la datación documental. La bóveda de crucería estrellada consta de cinco claves. Reciben su nervadura en apretado haz unas variadas ménsulas a modo de capitel”, describe la web oficial del templo. “La ornamentación de sus claves es muy variada. Las cinco historiadas, del tramo de bóveda que corresponde a la entrada del refectorio, representan: la central, el escudo del monasterio; y las cuatro restantes, san Benito, su hermana santa Escolástica, y los patronos de la abadía, santos Julián y Basilisa”, agregan.

En su interior, en una de las nervaduras del claustro gótico, basta levantar la mirada para encontrar la frase de Messi: las mismas tres palabras que el astro argentino le dedicó a un gigante neerlandés tras la calentura de un partido mundialista están inscritas hace cuatro siglos en una medalla de piedra colocada en el techo de un templo gallego. “Como dato curioso de picaresca medieval -define la página del monasterio-, existe una clave cuya inscripción, en forma jeroglífica, dice: ¿qué miras bobo?”.

“Picaresca medieval”

Los propios representantes de la Abadía reconocen que se trata de una “picaresca medieval”. Su autoría pertenece al cantero Pedro Rodrigues, natural de Monforte de Lemos y maestro de obras de la planta baja del claustro de las Nereidas, albañil del claustro gótico entre 1562 y 1582. Los medios españoles apuntaron que la creencia es que Rodrigues, a cargo de la reconstrucción del monasterio para modificar el estilo románico y emplear el gótico, escribió en letras rojas un mensaje dedicado a aquellos curiosos visitantes que se detengan a ver las particularidades áreas de la galería.

En parte es así. Lo confirmó Julia Fernández, guía del monasterio construido en el siglo VI, al programa deportivo de radio llamado El Larguero, que se emite por Cadena Ser de España. “La orden es benedictina. Los monjes benedictinos son contemplativos. En su regla hay una parte que obligaba a los monjes a ir meditando de modo sumiso, mirando hacia el suelo. La clave es la contradicción a esa contemplación. Si algún monje casualmente elevaba el rostro hacia los cielos mientras meditaba, la respuesta era ‘¿qué mirás bobo?’. Volver el rostro hacia abajo y seguir meditando con humildad”.

La guía comentó que la medalla es una de las 140 claves que coronan esa nervadura gótica y expresó que luego de que Lionel Messi lanzara esa reprimenda, automáticamente recordó lo que allí había dejado Pedro Rodrigues cuatro siglos atrás: “Lo comentábamos intramuros con los más jovencitos del templo. No pensábamos que iba a extrapolarse tanto, pero con la gente del pueblo sí fue comentado”. En su despedida, se mostró a gusto de recibir a todo aquel argentino que quiera contemplar en letras rojas y en forma de jeroglífico la frase que acuñó un albañil de la región y que Messi usó para desestimar el saludo de un jugador neerlandés.

Destinario del reproche

En un principio no se supo a quién iba dirigida la frase de Messi, que se emitió en vivo por la televisión argentina. Pronto se supo que se la dijo al 19 de Países Bajos. Wout Weghorst explicó, después del partido por cuartos de final, lo que pasó: “Yo sólo quería darle la mano después del partido. Le tengo mucho respeto como jugador de fútbol. Pero me tiró la mano hacia el costado y no quiso hablar conmigo. Mi español no es muy bueno, pero me dijo palabras irrespetuosas y eso fue realmente decepcionante”.

El argentino pudo haber rechazado su saludo por un golpe que recibió en las costillas del delantero neerlandés en una disputa de pelota. Cuando se recompuso, lo señaló como si le dijera que no se iba a olvidar de ese topetazo que interpretó desleal. Recientemente, Weghorst volvió a hablar de lo sucedido y recordó ese encontronazo: “Para mí, todos son iguales en un partido. Lucho y lo hice en ese partido también. Tuvimos algunos momentos con Messi, tal vez se sorprendió por eso. Lo respeto mucho”, explicó en charla con la televisión turca. Y agregó al respecto, incluyendo una broma: “Uno de los mejores de la historia. Después del partido quise mostrarle a Messi mi respeto por él pero no fue muy claro. Al menos ahora se ha aprendido mi nombre”.

Infobae

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