POLE POSITION
Pole position fue uno de los conceptos más mencionados en el reciente lanzamiento de los primeros litros de e-gasolina producidos en Magallanes por HIF Chile. Pues ganar la primera posición da muchas ventajas en esta carrera por cubrir un espacio carente de producción de energías limpias, la principal, alcanzar la meta. Así es, hay una meta y etapas que cumplir al muy corto plazo, algunas de las cuales ya cayeron en incumplimiento como la medida de 95 g/km de emisiones de CO2 fijado para el año 2021. Esta sería una de las causas por la que la comunidad europea tomó una drástica medida: 0% de emisiones de CO2 y la prohibición de vender vehículos nuevos de diésel y gasolina a partir del año 2035. Como etapas intermedias se encuentran las reducciones de emisiones de un 15% al año 2025 y 55% al año 2030. Ahora bien, convencido de que un cambio brusco de timón nos permitirá orientarnos a la dirección correcta para garantizar nuestra permanencia en este hermoso roquedal, estimo que esas aspiraciones, al menos en Magallanes, se podrían anticipar e igualar esa pole position junto la industria.
Punta Arenas posee un estándar cercano al europeo en cuanto a habitantes por cantidad de vehículos, lo cual mostraría grandes logros de nuestro sistema económico, 1.8 Hab/vehículo, no obstante, lo que no conocemos es que los vehículos en Europa, en promedio, emiten 130 g de CO2/km, principalmente en carreteras y con acompañantes, mientras que en Punta Arenas supera los 200 g de CO2/ km y no se observan acompañantes. Lo anterior sin considerar los vehículos 4×4, los americanos de segunda mano que se multiplican, los cuatrimotos, las motos y en general los sobre 1500 centímetros cúbicos que invaden nuestra ciudad, los que deberían ser retirados ipso facto de circulación con excepción de aquellos vehículos de trabajo que sean necesario en nuestras actividades productivas.
Luego, no secuencialmente se podría tomar las siguientes medidas y de paso intentar convertirnos en un elemento pasivo del ciclo del carbono:
-Reposición forestal. Las emisiones de CO2 que emite durante un año un automóvil de uno o dos años de antigüedad son absorbidas por 5 hectáreas de bosques. Esa reposición forestal debiera adicionarse al permiso de circulación.
-Vehículos de segunda mano. Son de muy bajo rendimiento y grandes emisores de diversos contaminantes que afectan al calentamiento global y a la salud. Entonces, si queremos vivir en un ambiente libre de contaminación, debería prohibirse su comercialización y circulación.
-Usos de las calzadas, parques y aceras. Eliminar las ventas de vehículos, los talleres de reparación, cambio de lubricantes y estacionamientos de nuestras calles, avenidas y aceras, así como la circulación de los cuatrimotos y motos sobre el césped de nuestros escasos parques. De esta manera iremos recuperando los espacios para el deleite de nuestros niños y de los turistas que nos visitan. Las aceras podrían retornar a ser peatonales y recuperar sus ornamentaciones, las calzadas podrían retomar su color natural pues se eliminarían las manchas de grasas y aceites. En general, recuperaríamos nuestro orgullo de haber sido una de las ciudades más limpias de Chile como cuando nuestras madres se daban el trabajo no sólo de lavar las aceras si no de encerarlas.
-Industria. Exigir el máximo rendimiento a las industrias para sus motores de combustión interna. Su ineficiencia la pagan, como es costumbre en Chile, sus usuarios.
-Vertedero. Reponer en los colegios las materias de ética y urbanidad. Son los niños quienes nos guiarán a una nueva matriz energética y nos enseñarán a vivir en comunidad. Son ellos, ante una inacción, los que sufrirán un futuro cercano no esperado. Aprovechemos los medios de comunicación para educar y no aceptemos el vertedero en el que nos estamos convirtiendo.
Estas y muchas otras medidas que no tienen costos para el erario nacional, al menos a los viejos, nos va a permitir recuperar la dignidad de vivir en nuestra ciudad y perdurar, ojalá, en la pole position.