Necrológicas

– Irís Marina Cárdenas Cárdenas
– Francisca Sierralta Cabrera

Realizadas por las universidades de Chile, Concepción, Texas y el Inach

Los cuatro dinosaurios aviares y depredadores que afloran en valle Las Chinas de Cerro Guido

Lunes 16 de Enero del 2023

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Los pájaros Eantiornithes, Ornithurae, el híbrido entre dinosaurio y ave Unenlagiinae y el dinosaurio predador Megaraptoridae, representan el eslabón que faltaba en la cadena alimenticia de los antiguos ecosistemas de la región.

 Los megarraptóridos fueron depredadores similares a los famosos tiranosaurios, podrían haber alcanzado entre los 6 a 10 metros de longitud y un peso por sobre la tonelada

Dos tipos de aves se encontraron en estas excavaciones, el Eantiornithes, similar a un gorrión, aunque con dientes, y el Ornithurae, una suerte de mezcla entre huala y caiquén

 El unenlágino o Unenlagiinae era una especie de dinosaurio no aviar, pero cuyo cuerpo estaba cubierto casi en su totalidad por plumas

 Enantiornithes fue el grupo de aves más diverso y abundante del Mesozoico, “son parientes de las aves modernas”, indica Jared Amudeo

En la última década, el sector de Cerro Guido ha entregado numerosa y sorprendente evidencia de la vida en el pasado, sobre todo de dinosaurios que habitaron esta zona, aunque en un planeta bastante diferente al que conocemos, con otra temperatura y extensiones de tierra. Pero cada cierto tiempo afloran restos de estos extraordinarios seres, agregando piezas a este puzzle que recrea la fascinante era de los dinosaurios.

Ahora fue el sector del valle del río de Las Chinas el que entregó una importante información que faltaba: la de los depredadores de este ecosistema. Piezas fósiles recopiladas en campañas paleontológicas organizadas por el Inach entre 2016 y 2020, permitieron a investigadores de la Universidad de Texas, de la Universidad de Chile, de la Universidad de Concepción, y del Museo Nacional de Historia Natural, describir a una serie de terópodos, un suborden de dinosaurios -en su mayoría carnívoros- cuyos representantes más conocidos a nivel popular son Tyrannosaurus rex y Velociraptor. De hecho, todas las aves modernas también son terópodos (que significa Pie de Bestia) los que evolucionaron en formas emplumadas, voladoras, y con cerebros de mayor tamaño. Los resultados de este estudio fueron publicados en la revista Journal of South American Earth Sciences.

Los restos encontrados en la Patagonia chilena corresponden principalmente a dientes y restos óseos postcraneales que dan cuenta de una comunidad diversa de terópodos carnívoros que vivió ahí entre 66 y 75 millones de años atrás, época en que la geografía de esta área presentaba un gran delta fluvial y abundante vegetación. 

Un ecosistema cambiante, ya que como explicó el director del Inach y coautor de la investigación, Marcelo Leppe, estos ambientes se encontraban bajo una inmensa presión de abruptos enfriamientos globales y ascensos bruscos de la temperatura, fluctuaciones de los niveles del océano, masivas erupciones volcánicas en la India (que se encontraba al oriente de África en ese entonces) y culminando con el impacto de meteorito en la península de Yucatán hace 66 millones de años, que produjo la tercera mayor extinción de la vida en toda la historia natural. “Aún necesitamos saber cómo la vida se abrió paso en ese apocalíptico escenario, para dar origen a nuestros típicos ambientes australes de Sudamérica, Nueva Zelandia y Australia, donde los terópodos continúan presentes, ya no con dinosaurios tan impresionantes como los megarraptóridos, pero sí con una diversidad de aves que siguen viviendo, después de 70 millones de años, en bosques, pantanos y marismas de Patagonia, Antártica y Australia”.

Una información importante en esta línea es la que se halla en Cerro Guido-Las Chinas, que reúne información de los 20 millones de años de la Era de los Dinosaurios. “Es la localidad de fines del Cretácico con depósitos continentales (ríos, lagos, pantanos y deltas costeros) más austral del mundo, además de ser un lugar que concentra sucesivas etapas de la historia de la conexión física entre Patagonia y Antártica que ocurrió intermitentemente entre 83 y 66 millones de años”, apuntó Leppe.

Los cuatro
descubrimientos

Una de las piezas dentales encontradas corresponde a  un ejemplar de la subfamilia Unenlagiinae, que pese a ser dinosaurios no aviares probablemente tenían la totalidad de su cuerpo cubierto con plumas. Se trata de terópodos cercanamente emparentados con los velociraptores y de aspecto similar a ellos, así como con otras especies que habitaron Gondwana como Buitreraptor y Austroraptor, el cual llegó a medir más de seis metros de longitud.

Jared Amudeo, quien cursa actualmente el Magíster en Ciencias Biológicas de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, fue uno de los investigadores que ayudó a la identificación de las piezas. “Estos dinosaurios son importantes porque solamente se han descubierto en Sudamérica y los de Chile son los más australes. Son un grupo muy enigmático en cuanto a sus relaciones evolutivas. Hay hipótesis que dicen que son aves, otras que no. Pero en definitiva, son parientes de las aves, pero no lo son. Estaban casi en su totalidad cubiertos por plumas y otra de las particularidades que tienen es que como los velociraptores, tenían una garra curva en su pata”, describió.

Quizás el más llamativo ejemplar de este descubrimiento sea el Megaraptoridae. “Son parte del grupo de los Megaraptores. En esta expedición se encontraron numerosos dientes. Por la evidencia que tenemos de otros países de Sudamérica, sabemos que eran grandes, más de seis metros hasta diez. Si extrapolamos la evidencia que tenemos de Las Chinas con la de otros países, es muy probable que los megaraptoridos de Las Chinas hayan sido muy grandes. Sería el grupo de depredadores tope, a menos que encontremos otro. La característica principal de su morfología general es que los megarraptores tienen cráneos alargados y grandes brazos con poderosas garras”, explicó.

Los otros dos descubrimientos corresponden a aves, el Ornithurinae y Enantiornithes. Las primeras corresponden a un grupo directamente emparentado con las aves actuales y de aspecto y tamaño similar a una huala. Enantiornithes, en tanto, fue el grupo de aves más diverso y abundante del Mesozoico, “son parientes de las aves modernas, pero no son el grupo que les dio origen. Tenían una forma general similar a un gorrión, pero con dientes”, explica Jared Amudeo. “Fueron muy diversos durante la época de los dinosaurios, pero todos se extinguieron”, agregó.