Inia Kampenaike ejecuta proyecto que busca rescatar las técnicas de agricultura sustentable
El Instituto de Investigaciones Agropecuarias (Inia) está ejecutando un proyecto destinado a rescatar las técnicas de agricultura sustentable en Magallanes.
Desde 2019 a la fecha, el organismo se ha encargado de capacitar a 1.100 personas en toda la región, desde Torres del Paine hasta Puerto Williams.
El proyecto se denomina “Capacitación en técnicas de agricultura sustentable para pequeños agricultores en la Región de Magallanes”, cuenta con el financiamiento del Fondo de Desarrollo de Magallanes (Fondema) y es liderado por la investigadora Claudia Mc Leod Bravo.
Las actividades apuntan a capacitar en herramientas derivadas de la agroecología a los pequeños agricultores. El programa tiene lineamientos estratégicos para trabajar en comunas rurales que apuntan al eje de la producción de alimentos con un enfoque de soberanía y seguridad alimentaria.
“En zonas más aisladas como Timaukel, Cerro Sombrero o Cerro Castillo no hay pequeños agricultores, pero sí habitantes que necesitan entender este tipo de producción como la forma de alimentarse”, comentó la investigadora del Inia.
En ese contexto, se realizan talleres de capacitación con el ánimo de recuperar los cultivos que se realizaban antiguamente, como las quintas en los patios de las casas al igual que sistemas de producción más autosustentables.
“Nosotros buscamos generar sistemas de producción que dependan menos de insumos externos y que podamos cerrar ciclos de producción con ciclos de reciclaje y de funcionalidad de todos los elementos que conviven en los sistemas productivos”, explicó.
“Botiquín de campo”
“Botiquín de campo” es el original nombre de los días de campo que ha realizado Inia para entregar conocimientos a los participantes del programa. Días atrás se realizó una jornada de este tipo en Laguna Blanca y este miércoles 25 ésta se repetirá en el predio experimental de Inia Kampenaike, dirigido a la comunidad de San Gregorio y a un grupo de mujeres jefas de hogar de Punta Arenas.
“¿Por qué se llama “Botiquín de campo”? Porque es un taller que busca identificar aquéllas plantas, entendiéndose como plantas aromáticas o medicinales, que tienen funcionalidad no sólo porque benefician el consumo sino también porque cumplen otros aportes en el huerto. El conocer esto nos puede ayudar a tener cultivos más sanos, a disminuir el uso de agroquímicos y de plagas y enfermedades en los cultivos”, aclaró Claudia McLeod.
La importancia de estos encuentros está en reaprender la importancia de la funcionalidad y la biodiversidad cuando estamos cultivando, ya que en la medida que tengamos mayor cantidad de especies seremos menos vulnerables a los efectos del cambio climático.
Lavanda, romero, menta, hierba buena, ruda y el cultivo del ruibarbo son algunas de las especies que se están utilizando en este proceso, para identificar esas funcionalidades dentro de la huerta y en qué lugares se pueden instalar para proteger los cultivos.