“El proceso anterior nos enseña que necesitamos mayorías y unidad en la búsqueda de un proyecto de país”
Silvia Leiva
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Jessica Bengoa Mayorga, de 43 años, vuelve al ruedo electoral. Esta vez, la militante de Convergencia Social y funcionaria en la seremi de Educación buscar ser una de las dos cartas que tendrá Magallanes en el Consejo Constitucional.
Estuvo prestando funciones en la seremi de Gobierno, además ha sido una activa dirigente sindical. Explica que su candidatura es una decisión colectiva de Convergencia Social de Magallanes, que forma parte del pacto Unidad para Chile, la cual busca tener una voz de esta región en este proceso constituyente. “Esta es una candidatura por Magallanes y su gente”, dijo.
“La profundización de la democracia que ofrece esta oportunidad constituyente apunta a avanzar hacia un país donde la solidaridad y el respeto sean valores transversales para mejorar las condiciones de vida de nuestra población, para que avancemos hacia un país con mejor democracia y justicia social. En Magallanes vivimos situaciones particulares, que se expresan en su historia, geografía e identidad regional; por ello en este proceso se trata -con una perspectiva feminista y descentralizada- de trabajar para que Magallanes fortalezca una plataforma de servicios para el turismo, una puerta de entrada a la Antártica y las ciencias acompañando la gran labor realizada por la Umag, a la vez que generamos las condiciones para el desarrollo de las energías limpias. Debemos garantizar la seguridad para las personas que habitan la región, así como el acceso a derechos a la educación, salud y vivienda, en concreto, caminar hacia un país y una región más justa, equitativa y solidaria. Magallanes necesita un proyecto de desarrollo que mejore la vida de quienes lo habitan”.
Para Bengoa, es fundamental que esta campaña cuente con participación ciudadana y construir soluciones colectivas.
“Buscamos superar y reemplazar la Constitución elaborada por la dictadura, que surgió sin democracia y a lo largo de las décadas demostró ser excluyente y facilitadora de abusos y desigualdades”, apuntó.
– ¿Cuáles son las lecciones aprendidas del proceso anterior?
– “Creo que la principal lección es que siempre requerimos más democracia para salvar la democracia. Durante muchos años, la ciudadanía ha levantado demandas para instar a cambios estructurales, pero esto debe realizarse en un marco institucional de cambios, con etapas claras y un marco temporal razonable, en la que la ciudadanía participe constantemente.
“El proceso anterior nos enseña que necesitamos mayorías y unidad en la búsqueda de un proyecto de país para todos y todas, cuya centralidad sea el bienestar de la población. La principal lección es que siempre, ante graves conflictos y crisis, hay que recurrir a una mayor democracia y no menos. Los problemas se solucionan con democracia”.
-¿Cómo ve los cuestionamientos respecto de que es un proceso tomado por los partidos y distante de la ciudadanía?
-“Cuando el país expresó sus demandas en 2019, el gobierno de entonces no tuvo capacidad de sortear la crisis y fueron necesarias masivas movilizaciones para conseguir que se abriera un camino democrático, y el país, su ciudadanía se expresó en el plebiscito el 4 de septiembre pasado. Eso abrió otro momento de inflexión y, nuevamente, la ciudadanía y los partidos democráticos acordaron un nuevo proceso constituyente, que supone la elección de un Consejo Constitucional que será elegido por la ciudadanía y votará en un plebiscito en diciembre próximo para ratificar esta nueva Constitución. No es cierto que la ciudadanía esté ausente, podrá expresarse en esta elección, deberá ser consultada en el proceso de elaboración de la nueva carta y luego ratificará sus contenidos.
“Por eso es importante que las voces de la ciudadanía, de los trabajadoras lleguen al Consejo Constitucional, justamente para poner en debate nuestros intereses, nuestras demandas y nuestras ideas. Soy mujer, trabajadora y magallánica y nuestra representación es de la ciudadanía”.
Bengoa espera elaborar una Constitución que supere el modelo subsidiario y consagre un Estado social y democrático de derechos, para consagrar como derechos la salud, vivienda, educación y pensiones para garantizar un piso mínimo para que las personas podamos desarrollar nuestro proyecto de vida con dignidad.
La descentralización, la autonomía y el acceso equitativo a derechos sociales en regiones serán sus prioridades. También buscará la consagración del derecho al cuidado en nuestra institucionalidad, de manera que se constituya el reconocimiento y la valoración del trabajo incansable que han realizado generaciones de mujeres y que, a su vez, se avance en la deuda que tenemos en cuanto a las personas que requieren de cuidados.