“Se empieza a ver más la pérdida auditiva después de los 65 años”
De cada tres personas que padecen hipoacusia y requieren audífonos para mejorar sus funcionalidad, dos son adultos mayores
Carlos Alcayaga Palazón, médico otorrinolaringólogo del Hospital Clínico, señala que principalmente sus pacientes que consultan por problemas en la audición, son por envejecimiento. Según explica, la principal causa de sordera es la presbiacusia que es el envejecimiento del oído interno producto de los años que no es igual en todos los pacientes, pero sí se da en distintas intensidades, señala tras la conmemoración el viernes 3 de marzo del Día Mundial de la Salud Auditiva.
Planteó que un niño con pérdida auditiva no desarrollará el lenguaje, afectando con ello su desarrollo cognitivo, intelectual y social. En tanto, la sordera en el adulto mayor produce un efecto involutivo parecido y genera depresión porque se va aislando.
Durante la pandemia y a causa de la mascarilla, muchas personas perdieron la lectura labial y aumentó considerablemente la cifra de pacientes con sordera.
No todos los adultos mayores sufren presbiacusia. “Sin embargo, se empieza a ver más la pérdida auditiva después de los 65 años, suele haber un componente hereditario y también depende cómo el paciente trató sus oídos durante su vida, igual que los pulmones de un fumador, un paciente que estuvo expuesto a ruido durante toda su vida, va a llegar a la sordera con mucha mayor precocidad que un adulto mayor”.
En el Hospital Clínico, un otorrinolaringólogo controla alrededor de 40 pacientes diarios, de ellos más de la mitad consulta por problemas de audición.
En materia de tratamiento, Alcayaga indicó que todo dependerá del tipo de sordera que declare el paciente.
“El oído tiene 3 partes, el oído externo desde la oreja al conducto y que está cerrado herméticamente por el tímpano, ahí pueden haber cuerpos extraños, como por ejemplo el famoso tapón de cerumen, por eso mucha gente llega pidiendo un lavado. Le sigue el oído medio que es una caja de resonancia, con huesitos que vibran y amplifican el sonido. Aquí puede haber líquido que es más frecuente en los niños, pueden fijarse los huesitos y la fijación osicular produce la sordera de tipo conductiva, las que son fáciles de ser operada, no así las sorderas del oído interno”, señala.
Agrega que en el caso de la sordera del oído interno, las únicas que se pueden operar son cuando hay una pérdida profunda de la audición y no es beneficiario de un tratamiento con audífonos y ahí viene el implante coclear que no se hace en Punta Arenas, pero esta es una técnica para pacientes muy seleccionados que tienen que pasar por una selección psicológica anatómica para ver que sean candidatos de ser operados.
En el caso de la presbiacusia, que es la más frecuente, se trata con la colocación de un audífono que va detrás del oído. Ese audífono está cubierto por el Ges (Garantías Explícitas de Salud) en mayores de 65 años. “Cada hospital, cada servicio de Salud compra sus audífonos y los licita cada cierto tiempo”, concluye el profesional médico.