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Guanaco fueguino

Por Alfredo Soto Martes 14 de Marzo del 2023

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En un reciente viaje por Tierra del Fuego, con fines exploratorios y siempre acompañado de alumnos que vayan entendiendo las complejidades de vivir en estos territorios inhóspitos, expediciones entre ellas por sus cordilleras, fiordos, glaciares y canales, también me he dado el tiempo para recorrer sus pampas y disfrutar de tan magnífica virtud de sus habitantes naturales: obviamente me refiero a su fauna y en este caso principalmente a los guanacos que hoy día vistos con la mayor preocupación por la población que se mueve constantemente, como peligros en la carretera, aun siendo que su presencia, sobre todo en época de primavera y verano tienen muchas cosas que contarnos. Una carretera, fuera del servicio que prestan en cuanto a conectar los distintos puntos de la geografía fueguina, se convierten y con la paciencia, tolerancia y control de los automovilistas, en una carretera, de verdaderas rutas con “relatos” de acontecimientos de la vida de estos ungulados, camélidos y muy característicos guanacos de la Patagonia y Tierra del Fuego. 

El turismo tiene esa obligación intrínseca que los caracteriza de recorrer los puntos de mayor interés y precisamente quienes guían dichos programas van relatando lo que el camino les va ofreciendo en función de una primavera y verano lleno de historias como las que van ocurriendo en el dominio de los machos adultos guanacos con su harem de hembras, defendiéndolas de osados machos más jóvenes, tarea gigantesca de proteger su territorio, este es el momento más delicado y peligroso para los automovilistas, porque en la alocada carrera del macho alfa sobre los más jóvenes, enloquecidos y defendiendo su territorio, cruzan las carreteras sin reparar de la posibilidad de un accidente, porque en otras circunstancias y con actividades más pasivas, mientras pastan o cambios de territorio.

En general el guanaco es inteligente y frente al flujo de vehículos se mantiene o se retira de una manera segura para ellos mismos. Interesante es el momento emocionante tanto en subir o descender en los ferris que cruzan el estrecho de Magallanes, pero se pierde allí mismo una gran oportunidad de educar a quienes transitan por estas carreteras, quizás una fundación, un proyecto, una iniciativa municipal de protección a sus habitantes, visitas y fauna local no basta con un letrero, sino una campaña más directa y personalizada con serias advertencias al respecto y con algunos datos que pudiesen enseñar al mismo tiempo a las personas que vayan describiendo lo que ocurre en extensas pampas y lagunas secas a orillas de la ruta tomada.

Estudios científicos indican que la mayoría de los animales salvajes y el hombre primitivo fueguino fueron diezmados por un volcán del holoceno temprano, posiblemente podría haber sido una gigantesca erupción registrada en sus vestigios, del volcán Hudson y de la cual los habitantes primitivos fueguinos, no se repusieron durante más de 1.000 años debido a la barrera física del ede Magallanes. Pero luego, obviamente con la premura de seguir en el territorio y evolucionar de acuerdo a sus propias necesidades y paralelo a eso con la invención local de la canoa de corteza, una cultura indígena de cazadores-recolectores de la edad de piedra no sólo cruzó el estrecho y volvió a habitar la isla, sino que introdujo su principal animal de caza, el guanaco. Estos mismos estudios ya han comprobado fehacientemente que los guanacos en Tierra del Fuego tienen una diversidad genética más baja en comparación con los que habitan en el continente, lo que sugiere en la discusión científica, que los guanacos actuales provienen de una población más joven en términos de presencia en la isla de Tierra del Fuego. La evidencia y los procesos de trabajos en terreno y los eventos fundamentales de la prehistoria de la Patagonia respaldan una de estas tres hipótesis: “los guanacos fueron introducidos en Tierra del Fuego por pueblos indígenas del continente del holoceno temprano, dependientes de los guanacos, que repoblaron Tierra del Fuego utilizando la canoa de corteza recién inventada, hábilmente diseñada y apta para navegar como así lo afirmábamos anteriormente.