Del idioma español
Es alarmante que una lengua utilizada por más de 430 millones de personas la estemos hablando tan mal. Y conste que hablar del idioma español estamos hablando de una lengua oficial en veinte países.
De las 80.000 (ochenta mil) palabras del diccionario, el chileno medio usa 600 a 800, y esto va empeorando.
El recordado profesor Banderas me decía hace un par de semanas que las nanas peruanas que llegan al país tienen más vocabulario que nosotros, muchas veces más que las propias patronas.
Hasta las anécdotas de nuestro idioma son enriquecedoras. Vamos escrutando:
– Con 23 letras, se ha establecido que la palabra electroencefalografista es la más extensa de todas las aprobadas por la Real Academia Española de la Lengua.
– Las palabras ecuatorianos y aeronáuticos poseen las mismas letras, pero en diferente orden.
Haciendo un alto en mi columna, hay chistes acerca del idioma bastante atinados:
– No me quieres porque soy daltónico, ¿verdad, Celeste?
– ¡Me llamo Violeta!
– El mes pasado contraí matrimonio.
– Contraje.
– Con traje, claro. Fue todo muy formal.
– ¿Por qué vas tan elegante a la Universidad?
– Porque tengo clase.
Volviendo a lo anecdótico, es justo recordar a Leopoldo Senghor, político africano que fue nombrado académico de la Academia de Ciencias Sociales de Francia por haber creado la palabra negritud.
– La expresión Luna de Miel surgió en la Edad Media. Los novios, durante los seis meses que seguían a la boda tomaban hidromiel (mezcla de agua y miel). A este brebaje se le atribuían virtudes afrodisíacas.
– La perífrasis consiste en decir lo que se pudiera haber dicho con menos palabras. Es un término retórico. Ejemplo: “El sol salió de los brazos de Zeus” (para decir simplemente: el sol salió)
Pero, volvamos al humor:
– Alguna vez pensé que entre tú y yo todo se podría.
– Y era verdad. Todo se pudrió.
– Buenas tardes, señorita. ¿Tiene el libro como evitar el cansancio?
– No, señor. Está agotado.
– Fíjate que mi hijo está practicando natación.
– ¿Y qué tal le va?
– Nada mal.
– Doctor, soy asmática. ¿Es grave?
– No, señora. Es esdrújula.
– El idioma que hablaba Jesucristo era el arameo.
– El 92 por ciento de los japoneses hablan por lo menos una lengua extranjera, el 53 por ciento hablan dos y un 34 por ciento hablan tres.
Y no es todo. ¡El 15 por ciento de los japoneses habla cuatro idiomas!
– La lengua vasca es un misterio histórico. Sólo se conocen de ella las palabras que no son de puro origen vasco (castellanas, gasconas) y otras muchas desfiguradas. El idioma vasco no presenta contactos con ninguna cultura extranjera ni peninsular.
– En ruso no existe la letra H. Cuando transcriben algún nombre extranjero que la tenga se valen de la G.
– En el término centrifugados, todas las letras son diferentes y ninguna se repite.
– La palabra oía tiene tres sílabas en tres letras.
– El término corrección tiene dos letras dobles.
– La palabra estuve contiene cuatro letras consecutivas por orden alfabético: s-t-u-v.
– El vocablo reconocer se lee lo mismo de izquierda a derecha que de derecha a izquierda. Es decir, es un palíndromo.