La increíble salvada de mochilero que temió ser devorado por dos pumas
Entre las anécdotas y sorprendentes historias relatadas a La Prensa Austral por el chofer Emilio Barreiro que cumple con el servicio de locomoción hacia Agua Fresca-San Juan, rescatamos la aventura experimentada por un mochilero, durante la nevazón del pasado 14 de julio.
“Llevé hacia fuera a un joven, entre 25 y 30 años, chileno. Portaba una mochila bastante llamativa, color fucsia. Me contó que iba a hacer la caminata al faro San Isidro y que se quedaría a acampar. Me llamó la atención por lo arriesgada de su aventura en esta época del año, aunque por lo visto el hombre estaba acostumbrado a situaciones extremas”.
“Quedamos de acuerdo que lo recogería el lunes siguiente. Lo sorprendente es que ese día volvió sin la mochila. Ya instalado en el bus, me cuenta que en su viaje de regreso, hizo un alto en su travesía, mientras orillaba la costa. Se sentó a comer sobre un tronco. Le había sobrado bastante comida por lo que contaba. Mientras tomaba agua y se comía un sándwich, gira la vista hacia atrás, observando con estupor que tenía a 3 metros de distancia, dos pumas adultos, grandes. Cuando uno de ellos tiró a moverse, esta persona no lo pensó dos veces y corrió hacia el Estrecho, internándose al mar hasta la cintura, pues sabía que los felinos no se metían al agua”.
“Su mochila quedó ahí, afirmada al tronco, mientras uno de los hambrientos pumas se dedicaba a hurguetear la comida, comiéndose el jamón y el pan, tras lo cual el otro felino arrastraba la mochila completa hacia unos arbustos. El hombre debió esperar semicongelado en el mar que se alejaran los leones para regresar a tierra firme y salir al camino”.
El protagonista de esta osada aventura, perdió todos sus documentos, enseres personales y su dinero. Por lo mismo le dijo al chofer que no le iba a poder pagar el pasaje de regreso a la ciudad. Una anécdota extrema de una persona que no supo dimensionar el peligro que corría. ¡No la cuenta dos veces!