“Necesitamos más inversión que nunca, el país está parado hace 10 años”
Durante la mañana del sábado, en dependencias del Instituto Teológico de la Patagonia, en calle Waldo Seguel, el ex ministro de Hacienda y candidato presidencial, Ignacio Briones, acompañado del ex ministro del Interior, Gonzalo Blumel, se reunieron con militantes de Evópoli y otros interesados para realizar un diálogo sobre materias de contingencia y políticas públicas.
Ambos son parte del Centro de Estudios Horizontal, organización que convoca a académicos, políticos y organizaciones sociales con fin de generar análisis y propuestas sobre tres ejes centrales: social, economía y política. Parte de su equipo profesional ha estado trabajando en la generación de contenidos para aportar al debate constitucional y asesoran a un grupo de constituyentes en las diversas comisiones.
Ignacio Briones es presidente del directorio y cofundador del Centro de Estudios. Sobre su paso por Magallanes, señaló que “la idea es discutir de políticas públicas, de mirada de futuro, el tema constitucional, los potenciales de desarrollo de la región, hablamos del hidrógeno verde, cómo aceleramos las inversiones, de qué depende que estos proyectos se materialicen, etc. Y tiene un sentido de vincularse con personas de regiones que tienen una verdadera vocación por lo público, que están comprometidos con lo que pasa en su región. Y más que una charla simplemente expositiva, es tener un diálogo en torno a estos temas”.
El ex candidato presidencial aprovechó la instancia para comentar sus apreciaciones sobre los recientes anuncios del Presidente Gabriel Boric sobre el pacto fiscal, del cuál menciona en primer lugar que “lo que ha presentado el gobierno es más bien una declaración de intenciones más que proyectos concretos. Yo siempre he planteado, desde Horizontal hemos hecho una propuesta respecto, que un pacto fiscal es mucho más amplio y ambicioso que una mera reforma tributaria. Tiene una parte que está asociada a la recaudación, pero donde nosotros hemos dicho más que subir impuestos, primero hay que salir a recaudar lo que no se recauda, eso se llama combatir la evasión y avanzar en eliminar extensiones tributarias. Eso es plata que hoy día no se recauda y que se requiere”.
Aunque la recaudación no es el único punto por lejos que debe ser el foco, según menciona el ex ministro de Hacienda. “Acá hay que tener incentivo a la inversión, necesitamos más inversión que nunca, el país está parado hace 10 años. Necesitamos inversión para crecer. Y esto puede venir del lado tributario, nosotros creemos que la tasa de impuestos a las empresas en Chile es alta, así lo ha dicho también el ministro de Hacienda, eso tiene que bajar”.
Puntualmente, identifica varios ejes que deben ser prioridad a su juicio para poder avanzar en proyectos de crecimiento. “Uno tiene que ver con la permisología, hoy día tenemos un problema de permisología gigantesco, a nivel de concesiones marítimas, monumentos nacionales, medioambientales y también permisos sectoriales. Para que tengan una idea, una planta desaladora por ejemplo hoy día se demora 12 años. Y un proyecto minero 10 años. Esto hay que acortarlo significativamente, esa es la manera de acelerar inversiones, hacerla más certera, menos discrecionales. Y a propósito de los problemas, o el retardo que han tenido la materialización de proyectos de hidrógeno verde acá en la región, donde tiene una ventaja Magallanes extraordinaria, una fuente de riquezas monumental, creo que grafica bien el punto”.
“Por último está la plata del Estado, primero como se gasta la plata, un mejor gasto público. Para qué se quiere esta plata, la queremos para condonar el CAE o la queremos para mejorar las pensiones o invertirla en la educación escolar y preescolar, donde tenemos un tremendo cuello de botella como país. Segundo, un estado que gaste bien, en donde la plata no se pierda, hemos visto los escándalos de las fundaciones”, cerró Briones.
Blumel y ‘La vuelta larga’
Gonzalo Blumel es parte del directorio del Centro de Estudios Horizontal y a principios de agosto lanzó su libro “La vuelta larga”, una crónica que comenzó a escribir luego de su salida del gobierno de Sebastián Piñera. En su obra revela cómo vivió el estallido social en octubre de 2019, cuando fue ministro del Interior, y otros hitos como fue la gestación del Acuerdo por la Paz.
“Es una crónica en primera persona de todo lo que nos tocó vivir en el periodo del estallido social y en adelante, incluyendo el acuerdo constitucional e incluso la pandemia. Y la idea nació después de que salí del gobierno, a mediados del año 2020, por una razón bien de fondo, porque lo que Chile vivió para el 18 de octubre desde el punto de vista democrático fue muy delicado porque buena parte de las convicciones democráticas que todos creíamos que eran aceptadas por todos en todo el espectro político fueron puestas en duda. Y hubo sectores radicalizados que de una u otra manera buscaron ciertos atajos democráticos para alcanzar el poder y en buena parte amparados por la violencia, por las barricadas, por situaciones de facto bien complejas. Y la democracia yo creo que es un compromiso que todos tenemos que cuidar y proteger en todo momento”, comenta inicialmente Blumel.
“Para poder entender el estallido y todas sus consecuencias hay que dar una mirada que tenga un poco más de profundidad. Es importante, y eso es lo que yo intenté, documentar y relatar lo que ocurrió. Los intentos de destitución del presidente, la violencia, la omisión de parte de algunos sectores políticos respecto a los graves sucesos de orden público que ocurrieron desde el 18 de octubre en adelante, el populismo que se apoderó de buena parte del sistema político, la polarización, la fragmentación y el conflicto en general que se apoderó de la sociedad y en particular de la política”.
A juicio de Blumel, uno de los mayores logros fue la salida democrática institucional de la situación que se vivía en las calles a nivel país. “A diferencia del 73’, o de 1925, aquí no hubo un conflicto violento ni un quiebre de la democracia, que sí estuvo muy amenazada, muy asediada, pero finalmente logró preservarse la estabilidad democrática institucional del país a partir de un acuerdo constitucional, que después terminó mal porque vino una convención que fue capturada por facciones radicalizadas de una izquierda más ultra. Pero fue importante darle una salida democrática a un conflicto muy profundo, que tiene consecuencias hasta hoy, pero que permitió ese acuerdo evitar una crisis que pudo haber sido mucho mayor”.
“Por eso se llama “La vuelta larga”, porque la vuelta corta era lo que pedían los sectores más extremos. Que cayera el gobierno, derrocar al gobierno. O bien, que resolviéramos los problemas de la democracia, los problemas políticos, causados por los políticos, con las Fuerzas Armadas, con el Ejército y con fusiles. Y ambos extremos son un profundo error”.
Blumel señala que el libro busca invitar a la reflexión de “evitar que en el futuro volvamos a enfrentar una situación en la cual algunos quieran derrocar al gobierno por medios violentos y otros crean que la solución de los problemas de la democracia se resuelven con los militares en las calles”.