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Ante predominancia de buses y servicios de aplicaciones

El servicio de taxis colectivos vive su crisis como si fuera enfermedad terminal

Domingo 13 de Agosto del 2023

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  • Falta de choferes, dificultades para renovar parque automotor por endeudamiento de socios y lenta rentabilización, surgen como causas que además chocan con la competencia ante el servicio de buses con subsidio estatal.

 

“No se ve mucha locomoción. Hay que tener paciencia. Colectivos no se ven y las micros demoran. Si me fuera en colectivo esperaría la línea 011 o bien 801”, señala Katherine Mérida cuando su reloj marca las 21,59 horas y permanece en el paradero de calle Magallanes, entre José Menéndez y A|venida Colón.

Un poco antes, cerca de las 20,30 horas, en las inmediaciones de la población Nelda Panicucci, un conductor de la línea 15, quien se identifica con el nombre de José, permanece dentro de su vehículo sirviéndose una colación, aunque señala que ya está terminando su jornada. “Hable usted con el presidente de Tacopa, él sabe más de todo lo que nos está pasando”, dice a modo de excusa y sin querer bajar mucho el vidrio de su puerta en medio de la fría noche.

“Llevo cinco años trabajando en esto y antes trabajaba hasta a medianoche. Ahora me extiendo hasta las 20,30 ó 21 horas si hay más movimiento. Los vehículos uber nos han ganado y usted sabe, lo ilegal es legal en este país”, advierte mientras termina de degustar un pastel y permanece estacionado frente a un almacén. 

“También influye el aspecto de la seguridad. Antiguamente uno trabajaba más tranquilo, más confiado, pero hoy no es así. También anda mucho auto y uno no sabe cómo andan manejando. Hay mucho auto parado porque tampoco hay choferes y después de la pandemia la crisis se acentuó”, señala José mientras sube su vidrio y decide reanudar su marcha.

En Avenida Ancud, casi al llegar a Martínez de Aldunate, en pleno barrio Archipiélago de Chiloé, un taxi colectivo ya tiene abajo su letrero 011 y su conductor al interior revisa su celular, pero ante nuestra consulta se limita a decir: “Que hablen otros. Qué va a decir uno si la situación está complicada”.

Katherine Mérida es una de las tres mujeres que a las 21,59 horas esperan locomoción colectiva en la vereda flanqueada por el Insuco. “En la mañana temprano igual se nota la demora en las micros y la escasez de taxis colectivos. Yo vivo en las inmediaciones del barrio Prat y trabajo en el hospital donde a veces he tenido que irme caminando”.

Ana Gallardo espera un 011 o bien la micro. “Hay que armarse de paciencia cuando se espera locomoción en el paradero en la noche. A veces estoy 20 minutos, pero otras veces media hora. Para toda la gente que trabaja hasta tarde y debe esperar en la noche cuesta aún más la espera”.

En ello también coincide Ximena Villegas, quien también espera algún colectivo de la línea 114 ó 111. “Es lenta la locomoción en general en la noche, pero qué decir de los taxis colectivos. Ya no circulan como antes y todo demora más de lo habitual”.

A las 21,52 horas de la noche siguiente, en el paradero de calle Chiloé, entre José Menéndez y Waldo Seguel, Enzo Sánchez dice que no siempre espera locomoción tarde: “A esta hora no pasa mucho colectivo y hay que esperar la micro. Voy hasta Eusebio Lillo y llevo buen rato esperando, pero ahí viene una. Me voy”.

 

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