“Los consagrados estamos llamados a ser hermanos y hermanas en la misión”, dijo obispo en misa por Asunción de la Virgen
Cientos de fieles llegaron al mediodía de ayer a la iglesia Catedral para participar de la misa que ofició el obispo Oscar Blanco, por el Día de la Asunción de la Virgen. Una fecha en que se celebra la vida consagrada.
Esta es una fiesta de la iglesia universal, que, en Chile, también se recuerda, reza y agradece el trabajo de las personas que decidieron dedicar su vida al trabajo religioso.
Por eso en la misa el pastor saludó de manera muy especial a la familia religiosa de las Hijas de María Auxiliadora, presentes en Punta Arenas y Puerto Natales; a las Hermanas Clarisas, las Hijas de la Caridad, los sacerdotes de la misión de San Vicente, “y a los hermanos religiosos salesianos”.
Dijo que ellos representan la presencia de la vida consagrada en la Iglesia de Magallanes, “en la misión de nuestra Iglesia desde sus orígenes. En esta solemnidad en Chile celebramos y agradecemos el don de Dios por la vida consagrada. Cada uno con su carisma enriquecen nuestra misión, nuestro servicio a la iglesia en Magallanes”.
Destacó el obispo que en la iglesia todos son misioneros, pero los de la vida consagrada lo son de una manera muy especial, “enriquecidos por el carisma de nuestro padre fundador”.
Por eso, enfatizó en la misa que “los consagrados estamos llamados a ser hermanos y hermanas en la misión”.