Un invierno delicado
No había nevado de la manera que se han presentado los días pasados desde el año 2015, ambientes del gusto de quienes se consideran “inviernistas” tanto esquiadores como así también mucha gente que gusta, de cuando nuestros entornos inmediatos son cubiertos por esa nieve fresca, que cubre los árboles patagónicos, haciendo de ellos fantásticas obras de arte y al mismo tiempo contribuye a diversas actividades vinculadas al esparcimiento a la recreación y por qué no decirlo, al estudio y la formación.
Es el caso, en que estas condiciones invernales y a escasos kilómetros de la ciudad, grupos de académicos y alumnos, pueden utilizar estos espacios, para imprimir nuevas experiencias en condiciones netamente invernales. Pero a veces la alegría y el entusiasmo empañan en verdad lo que significa realizar actividades en la nieve, condiciona efectivamente, a que la manera de ingresar y desenvolverse en terrenos nevados, tienen sus dificultades y exigencias que obligan a quienes realizan actividades, a tener la conciencia absoluta y cierto grado de preparación de cumplir con bastante anticipación, aquellos detalles pertinentes, sean, vestuario, alimentos, protecciones, elementos de transporte, equipos para desplazamientos, etc. Sin ir más lejos, antes del ingreso al invierno, este año, en nuestra región, se venía una gran promoción turística en la provincia de Ultima Esperanza, que daba la posibilidad de abrir determinados accesos, tanto en Parques Nacionales como en Reservas, para que, como decía anteriormente, “inviernistas” puedan acceder a senderos y áreas silvestres protegidas en condiciones plenamente invernales. Esto trae como consecuencia a que las empresas ligadas al turismo tradicional en épocas estivales, proyecten sus actividades económicas en un tiempo, un poco más complejo, sabiendo que últimamente los inviernos han sido, cálidos y no tan severos en sus manifestaciones meteorológicas, lo que daba la posibilidad de ampliar el espectro de uso, de estas áreas naturales.
Pero este año y con una “revolución” global de manifestaciones climáticas por el mundo, en lo que tiene que ver con el verano boreal, en cierta medida nuestro territorio no ha sido ajeno a una implicancia más aguda, en nuestro invierno austral. Tanto así que como decíamos en el inicio se nos presentaron días que casi en la práctica, paralizaron varias actividades en diversas comunas, especialmente a aquellas más perjudicadas por condiciones de muy bajas temperaturas y entre ellas, intermitentes precipitaciones de nieve que se fueron acumulando con el paso del tiempo. Por lo visto, en el ámbito de esta apertura al turismo invernal, hubo dificultades que obligaron a las autoridades a cerrar estos espacios que ya habían sido promovidos en ventas de pasajes y estadías para turistas invernales. Esto nos trae una enseñanza muy particular, y que tiene mucho que ver con la actitud que hay que tomar, para no caer en “jugar” con las condiciones y pronósticos meteorológicos, somos un país muy diverso y que nuestra región se destaca también por ciertas rebeldías climáticas, que pueden sorprender al más preparado y preventivo sistema que se pudiese organizar.
El cambio climático es una realidad y nuestra región no escapa a esta verdad incómoda, y no sólo desde el punto de vista de la meteorología, sino también en lo que ella misma va provocando en la acumulación de sus elementos como la nieve, hielo, lluvias y como estos mismos elementos van generando una erosión, paulatina, casi fuera de nuestra vista y que se pueden tornar muy peligrosas a la hora de estar en dichos sectores en donde la agresividad del clima ha sido mucho más intensa. La gestión del riesgo es fundamental tenerla como premisa, ante cualquier decisión que se pueda tomar, aún teniendo de por medio la gratificante cobertura de mucha gente que quiere visitar nuestra región en época invernal. Se hace necesario detenerse y tener conciencia de que las mismas dificultades que pudiesen aparecer en épocas estivales, esencialmente estas hay que multiplicarlas, por dos o por tres, en condiciones invernales. Existen planes de prevención para épocas normales en primavera y verano
.pero en invierno estos mismos planes se agudizan tanto en las exposiciones de posibles accidentes como así también de lo que significa realizar una evacuación o rescate de quienes pudiesen estar en una situación de gran peligro.