El adulto mayor…
Me parece que fue La Rochefoucauld quien aseveró que en la vejez uno se consuela dando buenos y sanos consejos ante la incapacidad de dar malos ejemplos. Irónico el hombre…pues en ello hay un buen porcentaje de verdad.
Es cierto que al llegar a esa edad de adulto mayor (eufemismo con que en Chile negamos la posibilidad de decir las cosas de frentón) se adquiere mayor tolerancia, hay más ponderación y un temple que no se arredra ante nada ni nadie.
Seamos francos. No entiendo tanta loa y juicio apologístico a la vejez. Me acuerdo aún del cantante Alan Lerner cuando clamaba en una balada: I’m glad I’m not young anymore (me alegro de haber dejado de ser joven). No entiendo. Una cosa es aceptar el peso y paso de los años y otra andar rindiendo honores a una edad en donde el local más visitado pasa a ser la farmacia; y se disfruta más con un chal en las piernas que con una voluptuosa mujer al lado.
¿Cómo va a ser dichosa esa edad en que uno tiene más pasado que futuro? Como si fuera poco, hay que admitir que después de los 70 si usted se despierta sin dolores…es señal inequívoca de que está muerto.
Yo me imagino como maldita esa edad en que todo te duele.
Y lo que no te duele, no funciona.
Bueno, ya…lo acepto. No todo es malo en esta etapa llamada vejez. Al menos no es contagiosa. Además, como dijo un sabio, envejecer es la única manera de poder vivir harto tiempo.
La filosofía adquiere un valor inconmensurable en esta etapa de la vida. En tal sentido, deberé aprender mucho de mi tío Ramón. Cuando cumplió los 80 años, el hermano de mi padre me confesó que leía la revista Play Boy por la misma razón que leía el Nathional Geographic: “con el propósito de ver todo lo que soy demasiado viejo para visitar”.
Lo peor de una edad avanzada son los malditos riesgos. Ya pasados los 70 años -por ejemplo- hacer el amor suele ser tan peligroso como un tiroteo adentro de un ascensor.
Para todos aquellos vejetes que aún así deseen arriesgarse (pues el amor es más fuerte) y quieran hacer el amor a sus mujeres…amantes incluidas, vayan estos consejos:
Limpie los lentes y asegúrese de que su pareja realmente está en la cama.
No olvide cepillarse los dientes que le quedan con las dos manos. A esta edad las fuerzas suelen flaquear.
No bromee con el Alzheimer, que es una cosa seria y en aumento.
Ponga el despertador para que suene a los tres minutos. Esto es para que no se duerma a medio camino.
Revise su teléfono y asegúrese que el 911 esté en marcación directa.
Tenga siempre algún analgésico a su alcance. Esto, por si consigue terminar el acto sexual.
No se preocupe por los ruidos. Más bien haga todo el ruido que quiera y no se alarme, pues lo más probable es que sus vecinos también estén medio sordos
Si consigue terminar, llame a sus conocidos para darles la buena noticia.
No intente hacerlo otra vez. Eso de que “caballo bueno, repite” no rige ahora para sus años…