Necrológicas

– Higinio López Sillard

– Cremilda del Carmen Márquez Vargas

– María Nahuelquín Barría

Alianzas virtuosas

Por Diego Benavente Viernes 1 de Septiembre del 2023

Compartir esta noticia
62
Visitas

Diego Benavente M.
Ingeniero Civil Regionalista

Hay una serie de desafíos y trabas que nuestra sociedad política se ha autoimpuesto y sobre las cuales permanentemente se están confrontando los bloques principales, la mayoría de las veces sin dar su brazo a torcer ni tampoco reconocer en el otro, alguno aspecto positivo. Para que hablar de explorar alguna alianza virtuosa transversal, que les permita sumar sus esfuerzos en pro del desarrollo nacional, con todo el potencial que aquello conlleva. No se escucha padre.

Un ejemplo, generalmente al constituirse las alianzas políticas que aspiran gobernar el país, estas basan todo el financiamiento de su futuro programa de gobierno fudamentalmente en el aumento de los impuestos, y ninguna siquiera escudriña el potencial que puede significar, una modernización efectiva y a concho del Estado, con todo lo que significaría administrar de manera más eficiente los recursos que ya tiene y mal gasta muchas veces el Estado. A nadie se le ocurre proponer la disminución de la “nomenklatura” o la henchida administración pública, racionalizando estructuras anquilosadas y haciendo más eficiente los organismos, servicios y ministerios. En pocas palabras, administrando mejor los recursos, incluso hasta se podría crecer más por esa vía ya que los ahorros incluso permitirían hacerlo de esta forma. El desafío debiera ser que todas las alianzas y partidos que busquen acceder al gobierno, como condición sine equa non deban comprometerse a mantener el Estado en su más mínima expresión, al igual que las estructuras gubernamentales. La Constitución debiera contemplar los resguardos en este sentido, especificando el que no se puede crecer más allá de lo que recomienda una administración eficaz y eficiente, esa enmienda u artículo debiera ser clave. Hacer bien la pega con lo mismo y ojalá con menos, debiera ser el lema.

Lo anterior y otras costumbres políticas nos tienen y llevan cada vez más, a un atolladero de suma cero, el que ha quedado de manifiesto en los últimos periodos de gobierno, con oposiciones intransigentes y gobiernos arrinconados defendiendo como gato de espaldas, camisas de fuerza que a nada bueno conducen. Y cuando un gobierno no da pie en bola o no puede jugar desde un comienzo, lo único a lo que se puede aspirar es a mantener un funcionamiento mediocre, sin poder avanzar en ningún tipo de agenda. Asimismo,  la oposición por su parte sólo se limita a seguir golpeando al Gobierno cual punching ball, esperando que pasen los años que quedan, para luego buscar acceder al gobierno, con el consiguiente deterioro del desarrollo económico y social del país, que al no crecer económicamente posterga a su gente y en especial a los más vulnerables. Por lo tanto, ya viene siendo hora de que los actores políticos transversalmente se pongan de acuerdo, primero, en poder concordar en la gravedad del diagnóstico y segundo en diseñar un sistema político descentralizado que busque resolver estos nudos gordianos, acercando la democracia a las personas y contemplando los resguardos que impidan al país entrar en estas contiendas destructivas que a nada bueno conducen.

Habrá que ponerse de acuerdo en las reformas políticas claves que permitan implementar esto para nuestro futuro común y dejar las rencillas y farándula politiquera para la chimuchina y la contingencia por el poder, pero sin sacrificar el norte consensuado.

Es hora de aprovechar el plebiscito constitucional de salida, así como las elecciones que se vienen, para ver quien propone hacerlo mejor, aprovechando esta oportunidad de demostrar que se es capaz de darle gobernabilidad al país, dejando atrás la lógica de la base electoral propia, proponiendo acuerdos de manera transversal. El país y en especial los pobres, están al aguaite.