Las horas previas al golpe de Estado
- Mientras la cuenta regresiva había comenzado para el gobierno de Salvador Allende, en Magallanes los paros de Lan, de los empleados particulares y de los camioneros impactaban fuerte en el desarrollo de las actividades.
En los hogares había incertidumbre por la falta de alimentos y las noticias llegadas desde el norte del país, una realidad que como distracción tenía la programación del único canal de televisión y lo que ofrecían radioemisoras como Selecta FM.
Alejandro Salazar Carrera
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El 10 de septiembre, justo un mes después del cambio de gabinete que instaló a militares -como el general de Ejército Carlos Prats- en el gabinete ministerial (Defensa Nacional), la situación del país parecía haber alcanzado su mayor tensión.
A la situación interna que vivía el gobierno, se sumaban la violencia, las paralizaciones y las continuas denuncias en las Fuerzas Armadas sobre infiltraciones de la extrema izquierda en sus servicios.
Según consignaba La Prensa Austral en su edición del 10 de septiembre, el comercio magallánico vivía una situación de violencia y de temor ante tomas y eventuales saqueos. “Los dueños de locales comerciales han debido adoptar diversos sistemas para proteger sus vidrios de las vitrinas por pedradas o ataques por parte de elementos que, luego de concentraciones, se dedican a la destrucción de la propiedad ajena”, se consignaba. Maderas, latas y rejas eran utilizada para la protección.
Al día siguiente, y en medio de precipitaciones de agua nieve,
La Prensa Austral nuevamente estaba en la calle desde temprana hora. En la portada se daba cuenta de que “la Marinería no participará en la Parada Militar”, que “Los socialistas se irían del Gobierno si se decide el desafuero de Carlos Altamirano Orrego”, y que “Pablo Rodríguez, máximo, dirigente de Patria y Libertad, nuevamente está en Chile tras ser exiliado”. Junto con ello, se anunciaba que el Presidente Salvador Allende se dirigía al país en el transcurso del mismo martes 11.
Paros, colas y distracción
A nivel local, se informaba que el paro de pilotos de Lan mantenía aislado a Magallanes e importaba en las actividades bancarias; se destacaba una fotografía que mostraba cómo cientos de personas esperaban bajo la nieve la posibilidad de comprar carne en Waldo Seguel con Chiloé; y se reafirmaba el apoyo de los camioneros argentinos de Santa Cruz con sus pares magallánicos adheridos al paro.
Sin embargo, lo relacionado con la tensión política y social no era lo único.
En los hogares los magallánicos disfrutaban de su único canal de televisión (TVN), que anunciaba para su programación de martes la telenovela “Lucía Sombras”, la serie “Sombras Tenebrosas” y el cierre con la trilogía policial con Mac Millan y esposa.
En tanto los tres cines locales, Cervantes, Politeana y Gran Palace anunciaban la suspensión de sus funciones por el paro de empleados particulares; y Radio Selecta FM programaba la emisión del concierto de la Filarmónica de Hungría y un especial de Ludwin Van Beethoven con el pianista Claudio Arrau.
La junta militar paralela que hubo en Magallanes
Durante nueve días tras el golpe de Estado, Magallanes tuvo su propia Junta Militar. Administrativamente, nuestra región era una Provincia y, por eso, el poder ejecutivo lo asumieron como Junta Provincial José Manuel Torres de la Cruz, comandante en jefe de la V División de Ejército; Horacio Justiniano Aguirre, comandante en jefe de la III Zona Naval; y José Berdichewsky Scher, comandante en jefe de la IV Brigada Aérea.