Renacer Patagónico: el “Benjamín” del folklore regional que avanza a pie firme
Partieron hace poco más de 4 meses por la idea de un grupo de papás. En pocas semanas se prepararon y comenzaron a presentarse en diversos escenarios. Hoy lo harán en la fiesta del 18 en la localidad argentina de El Calafate.
Alejandro Salazar Carrera
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El llamado suena a orden. En rigor es eso lo que intenta hace sentir el director. En cosa de minutos la música empieza a sonar y las parejas se dispersan por el escenario para mostrar lo aprendido, sus avances, sus capacidades.
El ambiente festivo se palpa durante el ensayo del Conjunto de Proyección Folklórica Renacer Patagónico, el que es sin lugar a dudas el “Benjamín” (más joven) de la escena magallánica. Han transcurrido menos de cinco meses desde que un grupo de amigos “al fragor” de las brasas y unas carnecitas, tuvo la idea de regalar un espacio a sus hijos y compañeros en torno a lo que los apasiona: el folklore.
“Somos tres familias que tenemos hijos que les gusta el folklore. Y dijimos ¿por qué no formar un conjunto? apoyarlos, que inviten amigos y que aprendan”, señala el vicepresidente de la agrupación, Enrique Oyarzún.
Se dijo y se hizo, porque en cuestión de días todo estaba sobre ruedas. Uno por allá haciendo contactos, otros desarrollando el proyecto, los mismos jóvenes soñando en la concreción de este desafío. Porque eso era, comentan, un desafío el llevar lo que de la idea pasó al papel y ahora debía materializarse.
“Contamos con apoyo importante, de amigos, de vecinos, de algunos comerciantes. Eso hizo posible el segundo impulso luego del primero que fue de las propias familias”, cuenta.
De esta manera, un joven invitó a participar al amigo, y el amigo al amigo de otro amigo. Pronto ya se tenía algo más que la idea, las ganas y el nombre: 16 integrantes, entre hombres y mujeres.
Los monitores
El presidente del conjunto, Cristián Guerrero, dice que ahora venía el desafío no menor de buscar a monitores que pudieran enseñar, que tuvieran conocimiento, experiencia y estuvieran en condiciones de asumir la tarea “ahora ya”.
Un llamado telefónico, una conversación franca, y pronto Renacer Patagónico ya contaba con monitores, Alberto Uribe y Alpha Guzmán.
“Empezamos a trabajar de inmediato. Hemos tenido muy buena disposición de los jóvenes y eso ha ayudado mucho en la enseñanza, tomando en cuenta que algunos que llegaron tenían poca o ninguna noción del baile”, indica el director Alberto Uribe.
Es el mismo quien destaca que han sido meses intensos, con varios ensayos a la semana y por varias horas, de mucho sacrificio, pero también de mucha entrega y responsabilidad, “porque esa es la única forma de hacer las cosas bien”, enfatiza.
Luego destaca que algo que ha servido de incentivo para el grupo ha sido ver el resultado de manera inmediata. Porque en sólo semanas tuvieron debut y de ahí los ensayos han ido de la mano de un sinnúmero de presentaciones. La voz se ha corrido rápido, cuentan, y eso ha llevado a que se concreten varios llamados, más aún cuando el primer trabajo es un cuadro huaso pensado, justamente, en ser mostrado durante Fiestas Patrias.
Cuecazo en el centro de la ciudad, en la Iglesia de Jesús Nazareno, en las actividades del barrio 18 de Septiembre, y Zona Franca, son sólo algunas de sus presentaciones. Además, para hoy 16 de septiembre tienen su primera salida de Punta Arenas: fueron invitados para presentarse en la fiesta que los chilenos organizaron en la localidad argentina de El Calafate.
¡Cómo no va a ser motivo de orgullo!” señalan, el poder llevar lo que se está haciendo y compartirlo con chilenos y magallánicos que aún siendo vecinos viven en otro país. Agregan que ello lo toman como un premio en este inicio, porque eso es, un inicio.
Planes hay bastantes, comparten, como el ir sumando nuevos trabajos, a lo mejor llegar a cuadros de proyección y más a largo plazo incorporar músicos.
Sin embargo, dicen que hoy es importante abrir puertas a más integrantes. “Muchos han preguntado, hay un gran interés, y queremos ser una instancia para que los jóvenes de entre 14 y 26 años puedan ver cumplida su pasión y qué mejor que sea nuestro folklore”, señala Enrique Oyarzún.
En la sala contigua, la música se detiene y vuelva a sonar. La jornada será larga, pero basta observar unos segundos para saber que realmente la disfrutan.