Nuevas instalaciones del Inach en isla Adelaida
Los ministerios de Obras Públicas y de Relaciones Exteriores han estado trabajando para dar vida a un ambicioso, pero necesario proyecto que permitirá levantar tres bases científicas en el continente blanco.
Ello demandará una inversión de unos US$80 millones en estas iniciativas destinadas a mejorar las bases Teniente Luis Carvajal, Profesor Julio Escudero y Yelcho.
Se trata de dependencias que han sido fundamentales en el desenvolvimiento de las investigaciones científicas, en particular para ir incrementando, temporada tras temporada, el Programa Nacional de Ciencia Antártica (Procien). Este tiene siete líneas que han permitido desarrollar áreas que han sido definidas de interés nacional e internacional, a la vez de servir de vínculo con los programas del Comité Científico de Investigación Antártica (SCAR): ecosistema antártico, umbrales antárticos, cambio climático, astronomía y ciencias de la tierra, biotecnología, huellas humanas en la Antártica y ciencias sociales y humanidades.
Sin embargo, el paso del tiempo y la evolución de las tecnologías han hecho necesario impulsar este “upgrade”, para incorporar nuevos materiales de construcción, levantar dependencias y laboratorios más modernos y eficientes y dar sustentabilidad energética a las bases, entre otros objetivos.
Es importante considerar por qué esta triología de proyectos en la Antártica comenzará con la intervención y el aggiornamento de la base Carvajal. Se trata de instalaciones que se emplazarán en la isla Adelaida, en bahía Margarita, y que, están, por ende, más cercanas al Círculo Polar Antártico.
Ello se condice con la decisión gubernamental de apoyar las labores de investigación y presencia en dichas latitudes, lo que ha sido reforzado desde 2014 cuando comenzó a operar la estación científica conjunta Glaciar Unión, a sólo 1.080 kilómetros de distancia del polo sur.
Se trata de un sector que tiene importancia capital para el Inach y la comunidad científica por la cantidad de investigaciones científicas que se están realizando en dicho sector y que están, mayoritariamente, relacionadas con el cambio climático.
Tanto la construcción de esta base como el mejoramiento de las estaciones Escudero y Yelcho representarán un desafío mayor en cuanto a logística, y sus frutos comenzarán a verse en 2026, cuando se terminen los trabajos de Carvajal.
El proyecto global va en la línea correcta, favoreciendo uno de los pilares del desarrollo de Chile y, en particular, de Magallanes, como es la ciencia, a la vez que aportará a la conectividad y mayor presencia chilena en la Antártica.