¿Por qué celebramos el 18?
Durante mucho tiempo me ha rondado el cuestionamiento de por qué los chilenos utilizamos o definimos el 18 de septiembre, para celebrar o conmemorar, nuestra Independencia.
El 18 de septiembre de 1810, se constituye la Primera Junta de Gobierno, lo que no fue otra cosa, que un gobierno provisional, mientras aún se encontraba cautivo el rey de España, Fernando VII.
La Junta de Gobierno, constituida por personajes criollos pero que aún juraban fidelidad a la monarquía española, es podríamos decir, “a la chilena” el inicio del deseo para ser una nación libre o independiente. Pero deberían pasar largos 8 años de luchas, batallas, conjuras, traiciones y re-organizaciones, para que Chile, declarara realmente su Independencia de España.
El 12 de febrero de 1817 con el desarrollo de la Batalla de Chacabuco, unos kilómetros al norte de Santiago, se libra la lucha, en que los ejércitos chilenos liderados por O’Higgins y Freire, derrotan a los ejércitos realistas y logran la liberación de la ciudad de Santiago.
Un año más tarde, el mismo 12 de febrero, pero de 1818, se firma la Declaración de Independencia de Chile. Sólo dos meses después, el 5 de abril de 1818, se les da el golpe de gracia a los ejércitos realistas, en la batalla de Maipú, que marca la definitiva retirada después de casi 300 años de dominio monárquico.
Esto acarreó, que aún en 1820, se tuvieran varias fechas, para definir la Independencia de Chile. De hecho el 14 de agosto de 1824 se oficializó mediante Decreto, al 12 de febrero y al 18 de septiembre como festivos, eliminando de esta manera en uno de los primeros decretos polémicos, el 5 de abril (que fue realmente el mazazo para expulsar a los españoles monárquicos, donde O’Higgins y San Martín se dan el famoso abrazo y se inicia la liberación definitiva de otros países americanos, en el denominado Abrazo de Maipú).
A dicho decreto de 1824, que eliminó el 5 de abril, dejando sólo el 12 de febrero y el 18 de septiembre, lo siguió otro decreto del año 1837, que finalmente, eliminó el correspondiente al 12 de febrero. ¿Autogol? ¿Herida auto inferida por los propios políticos chilenos para desconocer las fechas que realmente, nos dieron el inicio efectivo como nación
soberana?
¿Nació con estos decretos, los triunfos morales tan propios de nuestra idiosincrasia?
¿Hubo excesiva presión de la Iglesia, que para ese entonces, tenía una indudable presencia y presión en las expresiones del incipiente Estado, al coincidir el 12 de febrero con el inicio de la Cuaresma y el 5 de abril con la Semana Santa?
Será esta ambigüedad, la que aún mantiene, detrás de la testera de la Sala del Congreso Pleno del Ex Congreso Nacional de Chile, un óleo de grandes dimensiones, que indica, el descubrimiento de Chile por parte de Diego de Almagro en 1536, cuando Chile fue descubierto por Fernao de Magalhaes (Hernando de Magallanes) en 1520, cuando encuentra y traspasa el trascendental estrecho de Magallanes, y se logra dar la primera vuelta al mundo (registrada).
¿Por qué Chile y los chilenos seguimos celebrando una fecha que no significó realmente nuestra Independencia? ¿Marca esto nuestro carácter nacional?
Se me ocurre pensar que quizás los chilenos no quieran interrumpir sus tradicionales vacaciones de verano, cuando el Poder Judicial y el Poder Legislativo, suspenden sus labores, para someterse “a un merecido
descanso”.
Son sólo divagaciones que se producen con motivo de un nuevo 18. Quizás es la bronca por tanto triunfo moral, por tanta farra. ¿Por qué no logramos sintetizar el espíritu de los indómitos pueblos originarios que resistieron más de 300 años al invasor del “nuevo mundo”?. ¿Por qué esa impronta guerrera del pueblo araucano que es parte de nuestra base genética, no la llevamos a las batallas deportivas por ejemplo?
Quizás da para mucha divagación. Por ahora, sólo un salud por Chile. Que tanto afán, tanta lucha, tanta sangre sirva para que hagamos de este país, nuestro país, uno con un
futuro esplendor, para todos sus habitantes.