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– Irene Arteaga Aguila
– Ana María Püschel Smith

– Marta Polanco Hevia

La historia de un cicloviajero que lleva más de 3.400 km pedaleando

Jueves 26 de Octubre del 2023

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La decisión de un viaje extenso, sin apuros ni itinerario planificado, ya la había tomado el año pasado y se concretó con la salida de su hogar, Casablanca, parte del litoral central, el 3 de enero de este año, luego de haber reunido todos los equipos necesarios para poder movilizarse en bicicleta y registrar su viaje. Desde entonces ha recorrido más de 3.400 kilómetros sobre dos ruedas y vivido experiencias que asegura le han cambiado la perspectiva de vida.

“Es una experiencia que nunca más voy a hacer, lo más probable, y quería registrarla como sea, tener el recuerdo de este momento de mi vida. Venía de un sistema de trabajo, de oficina, se me dio la oportunidad de liberar y me cuestioné si invertir en mi futuro laboral, en un auto o me doy el tiempo de viajar un tiempo”, relata Kevin Bahamondes sobre la decisión inicial que impulsó su viaje.

Luego de haber recibido un finiquito después de trabajar como contador, se inclinó por el viaje. “La mitad lo gasté en cámaras, cosas para la bicicleta, los bolsos. La otra mitad la guardé para vivir. El cambio de vida fue drástico sí, porque pasas de tener todas las comodidades como ducha, cama, comida todo el día a básicamente vivir en la calle pero en una bicicleta”, relata Kevin.

Recorrer sobre dos ruedas

De ese modo salió, con la mente de llegar al sur pero sin expectativas ni fechas específicas. “Hay una regla de los cicloviajeros de que cada kilómetro suma, andes 15, 20, 70 ó 5, si vas avanzando, es ganancia. Así salí de Casablanca, me fui a Llolleo, desde ahí a Rapel, bajando siempre por la costa. Una ruta igual ruda, porque es por plena cordillera de la Costa. Pasas por un montón de pueblos pequeños y también vi que donde haya agua siempre va a haber alguien. Una estancia, un caballero ermitaño o una señora que su abuelo le dejó el terreno. Perder el miedo a qué hay mañana, a dónde llegarás, qué vas a comer o tomar”.

Una de las rutas más largas que realizó en un día fue de 112 kilómetros, de Mehuín a Panguipulli, para cruzar de mar a cordillera, ya que por la ruta costera comenzaba el bosque valdiviano y se requería un desvío.

El trayecto a través de la Carretera austral lo realizó a fines de otoño y pleno invierno, y fue el lugar donde encontró un compañero de viaje con quien se mantiene viajando hasta el día de hoy. “La ruta del día era de Puyuhuapi a Villa Amengual. Entremedio está la cuesta Queulat, una de las más conocidas de la Carretera Austral (
) Eran las 9 de la noche y tenía que llegar a Amengual porque sabía que había un refugio de ciclistas. Al llegar me abre la puerta Eric, me dice que están copados pero siempre hay espacio para uno más”.
Así conoció a Erik Albornoz, con quien compartían el gusto por registrar audiovisualmente su viaje y decidieron continuar, realizando colaboraciones en distintas localidades por donde anduvieron, buscando trabajar con familias y emprendedores locales. Una de las que recuerda con especial cariño fue realizada en Río Cóndor, en las cercanías a Villa O´Higgins, finalizando la Carretera Austral. “Fue una experiencia única, me marcó que uno puede realmente vivir donde uno quiera, haciendo la vida que uno quiere, siempre y cuando se tengan las agallas para enfrentar el clima y la naturaleza”.

Magallanes invernal

A Magallanes llegaron por mar, navegando desde Caleta Yungay a Puerto Natales. “Pasas por Puerto Edén, por los fiordos, son dos días de sólo ver mar e islas. Habían islas donde vivía gente. Y uno se pregunta eso, ¿cómo llegaron acá o cómo hacen patria en esos lugares?”. 

En la misma barcaza se juntaron con el tercer cicloviajero de su grupo, Felipe Méndez, con quien coincidieron de haber tomado la misma barcaza pero en puertos distintos. “Pipe hizo todo lo que es Magallanes, tiene contactos en Natales que nos recibieron, contactos en Punta Arenas igual. Nos dio el espacio para poder aguantar el invierno también. Porque hicimos la ruta de Natales a Punta Arenas en invierno y fue terriblemente cruda, helada”.

Tienen un registro de este viaje que se puede revisar en su canal de YouTube, Kntrvrsia Producción Audiovisual, dividido en dos capítulos titulados “Ruta fin del mundo”. “Te levantabas tarde porque no quieres salir de la carpa a las 9 de la mañana con ese frío. Las aguas de las mismas botellas, dentro de la carpa, congeladas. El saco, escarchado, pones la mano arriba del saco y tenía una finita capa de hielo. Son climas extremos y que el que la quiera hacer debe estar preparado”.

En Punta Arenas igual han colaborado con el tatuador Fabián Herrera, registrando su trabajo Australink; con abarrotes CucaCheck, quienes les proveyeron de alimentos; y con Circo del Sur, registrando una de sus últimas presentaciones “Rumbo a la Televisión”, que puede ser revisada en su mismo canal de youtube.

Sus próximos destinos abarcan lo que es la isla Tierra del Fuego, hacia Pampa Guanaco y Caleta María. Posteriormente quieren llegar hasta Ushuaia y cruzar desde ahí a Puerto Williams. 

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