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Juan Muñoz Céspedes fue el primer conductor del Samu y ayer “colgó” las llaves de las ambulancias

Viernes 1 de Diciembre del 2023

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Fueron 40 años dedicados al mundo de la salud. Juan Muñoz Céspedes partió haciendo el aseo en el ex hospital de calle Angamos y ayer fue su último día como conductor de ambulancias del Samu.

“Juanito”, como todos le dicen con cariño, es el ejemplo más grande de perseverancia y de querer reinventarse en la vida.

Escaló peldaño a peldaño y el afecto que se granjeó se vio reflejado ayer en la despedida que le brindaron sus colegas del Samu.

Pero que partieron el miércoles en la noche, en su último turno, cuando lo recibieron con una cena preparada por el equipo de esa jornada. Sumado esto al desayuno con que lo despidieron este jueves, a tempranas horas.

“Me voy tremendamente feliz y agradecido de tanto cariño. Incluso apenas se supo que me iba empezaron a llamarme por teléfono, amigos con los que me tocó compartir en mis labores, como los bomberos y muchos más”, contó a La Prensa Austral.

Inicios

De los 62 años de edad, 40 los dedicó al área de la salud.

“Comencé a trabajar en el hospital de Angamos haciendo aseo, como se partía en esa época. Luego me pasaron a la portería. De ahí a lavandería y alimentación”.

“Pero no me quedé tranquilo y escalé al Servicio de Cirugía. El médico neurocirujano Néstor Vega me llevó a trabajar a Pabellón. Ahí permanecí como diez años. Entre medio hice turnos de noche, de llamada, recuperación Uci, Traumatología, para ganar un poco más de plata en horas extras. Hasta que Gabriel González Lillo salió seremi de Salud y me preguntó si quería cambiar. Le respondí que sí, que me gustaría pasar a movilización. Al otro día, a las 8 de la mañana, me cambió y él pagó la fianza para que pudiera manejar las ambulancias”.

“Vi de todo”

Fue en esta área donde “vi de todo”, confidenció. Porque no había camillero y tenía que trabajar solo. 

En Movilización estuvo muchos años, hasta que en 2001 se inauguró el Samu. “En ese momento Luis Soto me dijo: ¡tú te vas conmigo y así me convertí en el primer conductor del Samu. Estaba para la patada y el combo. De día, noche, de llamada, dormía un rato y volvía a trabajar”.

En cuatro décadas sumó anécdotas y mucha experiencia de vida.

Los inicios fueron tiempos en que todo se aprendía en la calle. No habían casi cursos.

Trajo varios niños a este mundo. Recordó que le tocó atender muchos partos en la calle. Solo, sin apoyo de nadie. También le salvó la vida a muchos acuchillados que cuando llegaban a buscarlos estaban con heridas abiertas y con sangrado profuso. Muchos de estos casos los atendió en el barrio 18, “donde los envolvía en sábanas y de ahí tenía que pedirle a alguien que me ayudara a subir la camilla a la ambulancia y a máxima velocidad al hospital”.

Ahora llegó el momento tan bien ganado en la vida. De parar de trabajar para disfrutar más con la familia y esposa, Marisol Toledo Oyarzún.

“Le envío a través de La Prensa Austral un agradecimiento muy grande a mis compañeros por todo el regaloneo de ayer y lo bien que se portaron siempre conmigo”, dijo en la despedida.

Arturo Díaz

Uno de los enfermeros fundadores del Samu que está quedando activo desde que partió esta unidad, Arturo Díaz Valderrama, despidió a su colega con un mensaje en Facebook. “Nunca olvidaré hace más de 20 años mi primer llamado grave en el Samu al que acudimos sólo los dos. Yo parecía una jalea y él con su experiencia apoyando en todo, cosas que no se olvidan.

Anécdotas muchas, buenos momentos y de los otros también. Mucha historia y un legado que permanecerá por siempre. Un abrazo grande amigo, se te quiere mucho”.

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